A un año de su implementación, los módulos de reciclaje y reúso apenas han acopiado 10 toneladas de materiales, cifra que representa un esfuerzo limitado ante los miles de toneladas de basura que genera diariamente el Área Metropolitana de Guadalajara.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara (Imeplan) dio a conocer que los nueve Puntos Verdes Metropolitanos (PVM), instalados desde julio de 2024, han recolectado 10 toneladas de residuos reciclables en un año, lo que equivale a evitar la emisión de 20.87 toneladas de dióxido de carbono.
Aunque la iniciativa promueve la economía circular y el reúso de objetos en buen estado, especialistas en gestión ambiental advierten que el volumen recuperado representa una fracción mínima del total de residuos generados en el área conurbada de Guadalajara, estimado en más de 6 mil toneladas diarias.
“Es una propuesta interesante desde lo pedagógico, pero insuficiente frente a la magnitud del problema estructural que tiene el AMG con la basura. Necesitamos estrategias de mayor alcance, presupuesto e infraestructura, no solo espacios simbólicos”, señaló Carolina Guzmán, consultora en residuos sólidos urbanos.
Los PVM funcionan como centros de acopio de materiales reciclables y también reciben objetos reutilizables como libros, utensilios de cocina, herramientas y juguetes. Estos artículos se colocan en estanterías disponibles para que otras personas puedan llevárselos, en un intento por extender su vida útil y evitar su destino final en los rellenos sanitarios.
Sin embargo, activistas ambientales señalan que la campaña carece de difusión sostenida y que muchos habitantes desconocen su existencia o ubicación. Además, el modelo actual depende de la buena voluntad ciudadana, sin una política de incentivos ni sanciones claras para reducir el consumo y la generación de residuos.
Actualmente, Imeplan coordina la transferencia de estos módulos a los municipios y a la Agencia Metropolitana de Bosques Urbanos (AMBU), con la intención de asegurar su operación futura mediante convenios de colaboración. A partir de junio, se realizará una campaña comunitaria para fomentar el uso activo de los PVM y convertirlos en espacios públicos “vivos y resilientes”.
Sin embargo, aún no se detallan los mecanismos de financiamiento ni los recursos humanos destinados para mantener y vigilar el funcionamiento de estos espacios, lo cual ha generado dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo.
De acuerdo con datos oficiales, los residuos más donados han sido libros, juguetes, herramientas, loza y artículos escolares. No obstante, el impacto de esta iniciativa debe evaluarse en comparación con el compromiso del PACmetro de reducir en un 30% los residuos enviados a rellenos sanitarios para 2030, meta que a la fecha no cuenta con un diagnóstico actualizado ni metas intermedias públicas.