El pontífice también rezó frente a la Virgen de Guadalupe y celebró una misa privada cerca de la tumba de San Pedro
Este domingo, el papa León XIV ofició una misa en las Grutas Vaticanas, donde rindió homenaje a su predecesor, el papa Francisco, en un gesto cargado de simbolismo y recogimiento.
Según reportó el medio Vatican News, el pontífice colocó una rosa blanca sobre el mármol con la inscripción “Franciscus”, luego de inclinar la cabeza en oración silenciosa. El acto ocurrió tras una visita al santuario de la Madre del Buen Consejo en Genazzano, donde León XIV había acudido en peregrinación.
Después de depositar la flor, el papa rezó durante algunos minutos, con las manos juntas, y recorrió brevemente las grutas que albergan las tumbas de sus antecesores. Entre los espacios visitados se encontraba la imagen de la Virgen María, frente a la cual recitó con los fieles la oración a la Madre del Buen Consejo, compuesta por San Juan Pablo II.
La imagen venerada en dicho santuario es especialmente significativa para la Orden de los Agustinos y guarda relación con la memoria del papa León XIII.
En su recorrido posterior por las Grutas Vaticanas, el papa León XIV también hizo oración en diversos altares, incluyendo el de la Virgen de Guadalupe. Además, celebró una misa privada junto a la tumba del apóstol San Pedro y ofreció oraciones ante las sepulturas de varios pontífices.
La visita del actual líder de la Iglesia Católica subraya el vínculo espiritual con sus predecesores y su devoción mariana, en particular hacia la Virgen de Guadalupe, símbolo de unidad para millones de fieles en América Latina.