El nuevo pontífice, primer papa estadounidense en la historia, dirigió su primera misa en la Capilla Sixtina, donde agradeció la confianza de los cardenales y habló sobre su compromiso con la unidad, la inclusión y el papel de los laicos en la Iglesia.
Ciudad del Vaticano.— En su primera misa como papa, celebrada en la Capilla Sixtina, León XIV —el primer pontífice originario de Estados Unidos— declaró que su elección representa “una cruz y una bendición”. Con palabras improvisadas en inglés, agradeció a los cardenales por confiarle la responsabilidad de guiar a la Iglesia católica, y los invitó a caminar junto a él como “amigos de Jesús” y anunciadores del Evangelio.
León XIV, nacido como Robert Prevost en Chicago y miembro de la orden de los agustinos, fue elegido el jueves como el papa número 267, superando un precedente histórico que hasta ahora había descartado a los estadounidenses del papado por el poder político que ejerce su país a nivel global.
El Vaticano informó que la misa de entronización del nuevo papa se celebrará el 18 de mayo y su primera audiencia general será el 21. Además, León pidió a todos los jefes de oficina del Vaticano que permanezcan en sus cargos mientras toma tiempo para reflexionar, orar y dialogar antes de confirmar nombramientos.
Durante la ceremonia, dos mujeres leyeron las primeras lecturas de las Escrituras, lo que fue interpretado como una señal de continuidad con las reformas impulsadas por el papa Francisco en favor del rol de las mujeres y los laicos en la Iglesia. Como cardenal, Prevost incluyó a tres mujeres en el equipo que evalúa las nominaciones de obispos, una de las reformas más relevantes del pontificado anterior.
En una homilía pronunciada en italiano, León lamentó la falta de fe en diversas regiones del mundo y advirtió que incluso entre cristianos bautizados se vive “un ateísmo práctico”. Denunció el deterioro del sentido de la vida, la pérdida de la misericordia, las violaciones a la dignidad humana y la crisis de la familia como heridas sociales actuales.
A diferencia de papas anteriores, León apareció con zapatos negros sencillos, en lugar de los tradicionales mocasines rojos, y tras la misa, regresó a su antiguo apartamento para saludar a sus colegas, según imágenes difundidas en redes sociales.
Su elección ha sido leída como una señal de continuidad con el legado de Francisco. El nombre León remite al papa León XIII (1878–1903), quien impulsó el pensamiento social católico moderno con la encíclica Rerum Novarum, sobre los derechos de los trabajadores. Además, León XIII mantenía una fuerte conexión con la orden agustiniana, la misma a la que pertenece el nuevo pontífice.
Expertos como Natalia Imperatori-Lee, de la Universidad de Manhattan, consideran que la llegada de León XIV puede ofrecer un nuevo rostro del catolicismo estadounidense en Roma, en medio de la polarización entre sectores conservadores y progresistas. El propio León ha reconocido que las divisiones internas “no ayudan en nada” y ha llamado a los obispos a promover la unidad.
Su hermano, John Prevost, dijo que fue difícil creer que su hermano había sido elegido papa. “Es alguien profundamente preocupado por los pobres y por quienes no tienen voz. No será de extremos, sino más bien justo en el medio”, aseguró.