Como parte de una nueva estrategia para combatir la obesidad y promover una alimentación saludable, el gobierno federal ha anunciado la prohibición de la venta y publicidad de alimentos y bebidas con alto contenido calórico, azúcares, grasas y sal en todas las escuelas del país. Esta medida aplicará desde preescolar hasta universidades, incluyendo institutos tecnológicos y preparatorias.
Entre los productos que estarán prohibidos se encuentran alimentos populares como chilaquiles, quesadillas, tacos, tacos de canasta, tacos dorados, así como botanas, frituras, cacahuates, pastelitos, galletas, donas, dulces, chocolates, gomitas y chicles. También se incluirán bebidas como leche y yogurt de sabor, jugos, néctares y bebidas deportivas. Además, se regularán los alimentos preparados que contengan productos con etiquetado de advertencia, como pizzas, hamburguesas, hot dogs y embutidos como salchichas, chorizo y salami.
El gobierno propone que en las escuelas se ofrezcan opciones más saludables, como leche descremada, frutas, verduras, cereales integrales, leguminosas y alimentos de origen animal sin azúcares ni sal añadida. Esta nueva regulación afectará a cooperativas escolares, comedores, máquinas expendedoras y cualquier negocio que ofrezca alimentos a estudiantes dentro de las instalaciones escolares.
Reacciones de proveedores y comerciantes
Los representantes de organizaciones de comerciantes, proveedores y agrupaciones de tiendas han expresado su preocupación ante esta prohibición. Argumentan que, al no poder utilizar productos con sellos de advertencia, sus costos aumentarán considerablemente, lo que podría traducirse en precios más altos para los consumidores.
Además, cuestionan la decisión de las Secretarías de Educación Pública (SEP) y de Salud de someter el proyecto a consulta pública por solo un día, en lugar de los 20 días que normalmente establece la ley para este tipo de procesos. Según los comerciantes, esta reducción en el plazo afecta sus derechos y no permite un análisis adecuado de las medidas propuestas.
Objetivo: fomentar un estilo de vida saludable
La Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) es la encargada de revisar el anteproyecto de los Lineamientos generales para la preparación, distribución y expendio de alimentos en las escuelas. Estos lineamientos buscan fomentar estilos de vida saludables en todo el Sistema Educativo Nacional.
Cuando esta normativa entre en vigor, todas las escuelas del país tendrán un plazo de 180 días (seis meses) para ajustar los menús y cumplir con las nuevas disposiciones. Esto afectará tanto a los establecimientos dentro de las escuelas como a los proveedores de alimentos y bebidas que operan en los planteles.
Críticas al alcance de la medida
Uno de los principales puntos de debate es cómo se aplicará esta normativa en las universidades, donde los estudiantes son mayores de 18 años. Algunos críticos señalan que, aunque se prohíba la venta de estos productos en las instalaciones educativas, los estudiantes podrán adquirirlos fácilmente en restaurantes o tiendas cercanas.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) también se ha pronunciado al respecto, cuestionando la implementación de los lineamientos en las más de 258 mil escuelas del país, que atienden a más de 33 millones de estudiantes. Además, Coparmex ha señalado que el proyecto no incluye una política de capacitación gratuita para el personal encargado de las cooperativas escolares, lo que consideran esencial para una correcta aplicación de las medidas.
Asimismo, algunos comerciantes han señalado que el costo de preparar alimentos saludables podría aumentar considerablemente. Por ejemplo, mencionan que el precio de un sándwich con productos bajos en grasa podría pasar de 35 a 66 pesos, y una hamburguesa, de 58 a 85 pesos.
Con esta nueva regulación, el gobierno espera generar un cambio en los hábitos alimenticios de los estudiantes, aunque el debate sobre los costos y la efectividad de las medidas continúa.