El terremoto de magnitud 7.8 que sacudió Turquía y Siria el lunes ha cobrado la vida de más de cuatro mil personas y ha dejado a decenas de miles sin hogar. A pesar de las inclemencias del clima, las cuadrillas de emergencias continúan trabajando incansablemente en la búsqueda de sobrevivientes entre los escombros. Los sobrevivientes lanzan desesperados gritos de ayuda mientras los socorristas retiran cuidadosamente grandes bloques de concreto en busca de cuerpos.
Por la Redacción
En Gaziantep, una ciudad ubicada a unos 20 millas del epicentro, la gente se refugia en centros comerciales, estadios, mezquitas y centros comunitarios para pasar la noche. Mientras, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado siete días de luto nacional.
La región afectada ha sufrido mucho en la última década debido a la guerra civil en Siria y la posterior crisis de refugiados. En Siria, la zona está dividida entre territorio controlado por el gobierno y un último bastión de la oposición que está rodeado por fuerzas gubernamentales con apoyo de Rusia. Por su parte, Turquía alberga a millones de refugiados sirios.
El sismo también ha causado más dolor a la región, ya que cientos de familias aún están atrapadas entre los escombros y los centros médicos y hospitales están llenos de heridos. Además, la organización de emergencia de oposición conocida como Cascos Blancos señaló que muchas de las personas que viven en la zona son desplazadas debido a la guerra y viven en edificios destruidos por bombardeos militares.
La región es propensa a los terremotos debido a su ubicación sobre grandes fallas sísmicas, y unos 18.000 personas murieron en 1999 debido a terremotos similares en el noroeste de Turquía.
A pesar de la devastación, más de 7.800 personas han sido rescatadas en 10 provincias turcas. La búsqueda de sobrevivientes continúa mientras la comunidad internacional se une para brindar ayuda y apoyo a las personas afectadas por este trágico terremoto.