Aunque las universidades han hecho grandes avances desde hace tiempo y se han comprometiendo en erradicar la violencia mediante diversas acciones, éstas aún son insuficientes.
Por la Redacción
Esto lo compartió la académica de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Lidia Karina Macías Esparza, en el Foro de Identidades y Diversidad Sexual, “¿Y yo qué puedo hacer? Experiencias en torno al acompañamiento de personas que viven violencia por razones de género en las universidades”, que tuvo lugar en la FIL de Guadalajara 2022.
“Tradicionalmente, los modelos de prevención, no sólo en universidades, también en los gobiernos, se basan en campañas dirigidas a las víctimas, y está bien, pero es una paradoja pedir a las víctimas, precisamente, que sean ellas quienes terminen esta situación de violencia, porque son las que tienen menos posibilidades de hacerlo. Tendríamos que ampliar la mirada hacia acciones preventivas, acciones que incluyan a los agresores”, apuntó.
Dijo que otro punto a tomar en cuenta es la violencia de segundo orden, que es las que viven quienes forman parte de redes de apoyo con las víctimas y que son acosadas por apoyarlas.
“El siguiente paso, para la UdeG, es crear un Plan de igualdad, que incluya no sólo acciones desarticuladas, y que se dirija a una meta específica; sin ello no vamos a poder transitar hacia acciones más complejas. Es lo que queda pendiente: debe incluir las voces de todas, todos y todes, y poder ser evaluado y corregido”, agregó Macías Esparza.
El encargado de la División de Masculinidades y Estudios de Género, de la Unidad para la Igualdad de Género de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Félix Enrique López Ruiz, comentó que en los últimos años los temas de violencia, inclusión y diversidad se han ido posicionando en las universidades, y esto se debe al trabajo que han emprendido las mujeres, pero los hombres deberían hacer su parte.
“Aunque actualmente se tiene por reconocido que es posible que se ejerzan mejores masculinidades, es también cierto que este reconocimiento mayoritariamente ha sido encauzado hacia campañas de concientización, talleres, grupos de reflexión, conferencias que, aunque ayudan, en realidad no suponen un cambio profundo en los hombres que participan, y esto es así por la identidad tan arraigada, construida entre nosotros los varones que proviene de diferentes influencias sociales y se encuentran muy dentro de nosotros”, dijo.
Añadió que atender de manera superficial esta formación no ayuda mucho y los talleres devienen simulaciones y respuestas tímidas ante un problema complejo. Las universidades deben conocer este problema, al que no basta con decretar la igualdad y ponerla en lemas y papeles, que casi no se leen; para que esto suceda se requiere una agenda diferente.
“El único camino es el complicado, dar un paso adelante y aceptar que se ha fallado individual y colectivamente y asumir las consecuencias. Las universidades tienen una deuda histórica: son pocas las mujeres rectoras; lo que necesitamos son universidades feministas, lideradas por sus propias mujeres, en ellas seguro encontraremos también los hombres una forma de reivindicar nuestro pasado, reconstruir nuestro futuro y volver a legitimar nuestra presencia en las aulas”, señaló.
La investigadora del Centro Universitario de los Valles (CUValles), maestra Leticia Valencia Sandoval, lamentó que en el país nos enfrentamos a la violencia física, sexual, digital en diferentes ámbitos y modalidades y las universidades no están exentas de estas situaciones donde se transgrede los derechos humanos; por ello, la UdeG ha implementado una serie de acciones para su erradicación.
“Trabajamos en investigaciones específicas para erradicar la violencia. Nos falta la valentía de participar, desde nuestra trinchera y ver que de alguna manera todos hemos sido violentados. Requerimos nuevos esquemas, nuevas leyes. En la UdeG estamos tratando de que se conozcan todos los nuevos procedimientos para que las víctimas se sientan acompañadas y no sólo la persona afectada, sino también quien conoce que uno de sus compañeros está sufriendo violencia”, expresó.
Diego Armando Gómez Salazar, egresado de la UdeG y Coordinador del Programa de Rehabilitación Psicosocial del Hospital San Juan de Dios, consideró que, en el caso de la diversidad sexual, entre más visibles se hacen son más vulnerables.
“Podemos ser más incómodos, incómodas, incomodes y generar más cambios. Esta parte de la representación influye en cómo nos tratan, pero esto tendría que acabar porque somos válidos e importantes, independientemente de cómo seamos, cómo nos expresemos y qué nos guste”, apuntó.
- EL NIÑO QUE REGALABA ESTRELLAS
- Suspensión temporal de rutas de transporte público en Guadalajara por carrera deportiva
- Pruebas confirman la eficacia de insecticidas en Jalisco para combatir al mosquito transmisor del dengue
- Todo listo para la FIL 2024: autoridades y la UDG afinan últimos detalles
- Karla Planter, una Rectoría comprometida y cercana: rompe el techo de cristal en la Universidad
Hace falta más colectividad
Es importante reconocer que hace falta más colectividad, agregó, ya que desde ahí se puede hacer mucho más, por ejemplo, generar espacios seguros, porque se vive en un momento histórico donde hay más conciencia de la violencia, pero en ocasiones los hombres fungen como espectadores, ya que, aunque no ejerzan la violencia, no hacen nada para erradicarla.
La estudiante de la carrera de Ingeniería en Sistemas Biológicos del CUValles, Essa Emiret Pacheco Reyes, dijo que ante el problema de la violencia lo más importante es la educación, ir las bases, a la familia.
“Son importantes los valores que se les inculcan a los agresores que a veces no saben que lo son; se debe inculcar el respeto a las personas y diversidad de todo tipo, y saber dónde radica el problema, para de ahí partir a las sanciones y derechos y todos lo demás; porque si no hay conciencia de lo que es la violencia de género nunca existirá ese entendimiento”, dijo.
Sería también importante incluir en los programas de estudio la materia de diversidad sexual, ya que muchas veces la violencia viene del origen del miedo a lo desconocido y es importante que se conozca esta información, añadió.
El foro fue moderado por Martha Catalina Bernal, académica del CUValles, quien expresó que este tema es de mucha importancia y responsabilidad de todos erradicar la violencia en todos sus tonos.