La desigualdad de vivienda es un problema cada vez más grave en México. A pesar de que existen algunas leyes que regulan el mercado de la vivienda, como la Ley de Propiedad en Condominio o la Ley de la Propiedad Industrial, no hay una ley específica que proteja a los inquilinos. Esto significa que muchas personas que rentan una vivienda no tienen un marco legal que los ampare en caso de problemas con su arrendador.
Por la Redacción
Ayer se llevó a cabo el conversatorio “Otra vivienda es posible”, en el Parque del Refugio; en el cual participaron Carla Escoffié, directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey; Renaud Goyer, investigador del Colectivo de Investigación y Acción sobre el Hábitat; así como Max Jaramillo, doctor en Ciencia Social y economista.
Carla Escoffié expuso que en México no se apuesta por políticas públicas que fomenten el acceso a la vivienda. El Infonavit es la principal opción para adquirir una casa, pero hay pocas opciones de subsidio para la vivienda o arriendo público. Esto hace que muchas personas tengan dificultades para comprar o rentar una vivienda a un precio justo.
La crisis de vivienda es cada vez más grave en México. Actualmente, el acceso a la vivienda es más complicado que antes, y se estima que se tarda entre 80 y 120 años para poder adquirir una vivienda. Además, el ingreso promedio es de 8 a 9 mil pesos, mientras que las rentas van de 16 mil pesos en promedio en Zapopan. Esto hace que muchas personas no puedan acceder a una vivienda adecuada.
A pesar de que hay colectivos organizados para defender el derecho a la vivienda, en Guadalajara y en todo Jalisco no se ha logrado plantear una alternativa real para solucionar este problema. Es necesario que el gobierno tome medidas para garantizar que no haya discriminación en la compra o renta de vivienda, y para fomentar políticas públicas que permitan el acceso a la vivienda a un precio justo.
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Una problemática diversa y compleja
Por su parte, Max Jaramillo, dijo que la problemática de la vivienda en México es diversa y compleja, y no puede ser generalizada en una sola agenda nacional. Cada ciudad y localidad tiene particularidades y problemas específicos que deben ser abordados de manera individualizada. En Monterrey, el problema radica en la falta de recursos, especialmente en el suministro de agua, mientras que en Mérida el problema es más hacia el territorio y las reservas naturales. En la Ciudad de México, el problema principal es la gentrificación y el aumento de los arrendamientos a través de plataformas como Airbnb.
Para abordar esta problemática de manera efectiva, es necesario que las reformas legales y las políticas públicas se adapten a las necesidades específicas de cada localidad. No podemos perder de vista las particularidades de cada caso y debemos asegurarnos de que las soluciones propuestas tengan un impacto real y no solo idealizado.
A pesar de la importancia de abordar los problemas de vivienda a nivel local, es necesario también que haya una interlocución y vinculación con otros movimientos de otras ciudades y países. La diversidad en la vivienda es clave para responder a las necesidades de la población, y las políticas públicas deben estar en consonancia con esta realidad.
En el caso de Zapopan, el municipio que más encareció la vivienda en todo el país el año pasado, es necesario que se tomen medidas para garantizar el acceso a la vivienda a un precio justo. Pero no podemos depender únicamente de las autoridades para resolver este problema, y es importante que la sociedad civil se involucre y luche por sus derechos.
Carla propone pequeñas acciones para colectivizar las luchas por la vivienda, como hacer ruido en torno a casos específicos de desalojos ilegales o apoyar las manifestaciones de arte y memes en redes sociales. El apoyo a estos casos específicos ayuda a construir una conciencia mayor sobre el derecho a la vivienda y a tejer alianzas entre los movimientos que luchan por el acceso a una vivienda digna.
Vivienda ya
La vivienda es un derecho humano fundamental y es esencial para garantizar la dignidad de las personas. Sin embargo, aún hay muchas personas que no tienen acceso a una vivienda digna y adecuada. Es por eso que cada vez son más los ciudadanos que se organizan y luchan por el derecho a la vivienda.
Una de estas iniciativas es la Red Nacional por la Vivienda, que ha logrado convocar a más de 2300 personas de diferentes partes del país. Esta iniciativa social busca que el Estado garantice el acceso a la vivienda a todas las personas, sin discriminación y en igualdad de condiciones.
Es importante entender que el derecho a la vivienda no puede ser visto como una opción o un lujo, sino como un derecho fundamental que debe ser garantizado por el Estado. Es necesario que el Estado tenga una presencia mayor en la realización de este derecho y que se implementen políticas públicas que promuevan el acceso a la vivienda digna y adecuada.
La historia del vecino de La Floresta es un claro ejemplo de cómo muchas personas son despojadas de sus hogares sin justificación y sin que se les brinde una solución. Es por eso que es necesario unirse a iniciativas como la Red Nacional por la Vivienda y apoyar a aquellos que luchan por sus derechos.
Es importante que como sociedad, tomemos conciencia de que el acceso a la vivienda es un derecho fundamental y luchemos por su realización. A través de iniciativas sociales como la Red Nacional por la Vivienda, podemos lograr una sociedad más justa e igualitaria, donde el acceso a la vivienda sea un derecho común y no un privilegio.
