HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
Hace unos días se difundió un video de casi seis minutos en las redes sociales y en el canal televisivo María Visión donde aparece el siempre polémico cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez declarando que el matrimonio “según la revelación cristiana” es entre un hombre y una mujer, y que “lo demás es cosa desviada”, “Lo que se salga de esta institución divina atenta contra ella y es una aberración y no puede caber en la mente de un católico”, afirmó. Además arremetió contra la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de declarar inconstitucionales las legislaciones estatales – como la de Jalisco – que limitan el matrimonio a la unión entre hombre y mujer, y dijo que el máximo tribunal legisla “siempre en contra de la moral” e hizo un llamado a los fieles católicos a “organizar firmas” para oponerse al matrimonio homosexual ante la SCJN, el Congreso de la Unión y los Congresos locales.Lo anterior motivó por un lado una denuncia penal ante la Fiscalía General de Jalisco (FGE) contra el Cardenal Sandoval por parte de Colectivos de la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual y Transexual (LGBT). La denuncia se fundamenta en el artículo 202 bis del Código Penal de Jalisco que señala.….“Se impondrán de cincuenta a cien días de multa o de treinta a cien jornadas de trabajo a favor de la comunidad, a quien al que por razones de origen étnico, edad, sexo, embarazo, estado civil, raza, nacionalidad, idioma, religión, ideología, preferencia sexual, condición social o económica, trabajo o profesión, discapacidad, características físicas, estado de salud o cualquier otra causa que atente contra la dignidad humana, limite, anule o genere un menoscabo a los derechos, libertades y seguridad de la persona”…….
Por otro lado, la reacción de la comunidad católica no se ha hecho esperar, y ya comienzan a circular miles de firmas en contra de la decisión de la SCJN.
El enfrentamiento entre los representantes de estos dos importantes sectores sociales, ha polarizado a la sociedad y ahora pasa del terreno de las declaraciones al ámbito legal, generando lo que se conoce como una “colisión de derechos”, en la que ambas partes con base en sus argumentos descalifican a la otra.
Si bien es cierto que los derechos de la comunidad LGBT a la igualdad y la no discriminación son válidos, no menos válidos lo son el derecho a la libertad de opinión y de creencia de la Iglesia Católica. El problema en este encontronazo jurídico, es que ambos derechos son antagónicos y solo la postura de una de las partes deberá prevalecer sobre la otra.
La gran interrogante es: ¿Cuál derecho de los colisionados, debe prevalecer sobre el otro?
Ese es precisamente el estudio que deberán hacer nuestras autoridades antes de emitir un veredicto final, que sea cual fuera; inevitablemente le hará quedar mal con uno de los bandos.
