Tres bancos de Estados Unidos y uno suizo han quebrado debido a la falta de regulaciones y garantías para los depositantes. Expertos han señalado que estas instituciones bancarias regionales no brindaban las condiciones ideales para evitar la retirada masiva de dinero por parte de los usuarios. Esto ha llevado a una desestabilidad en el funcionamiento de estos bancos y ha afectado a la economía estadounidense.