Durante el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, la actriz presentó el libro Dolores Heredia, un ratito de vida es vida, que recorre su trayectoria y su visión del oficio actoral.
Dolores Heredia, una de las actrices más reconocidas del cine y la televisión mexicana, compartió su mirada íntima y reflexiva sobre el oficio de actuar durante su participación en la edición 40 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). En el Conjunto Santander de Artes Escénicas, la actriz presentó el libro Dolores Heredia, un ratito de vida es vida, escrito por Roberto Fiesco Trejo.
La obra, dividida en 14 capítulos, recopila pasajes significativos de la vida de la actriz nacida en La Paz, Baja California Sur, desde sus inicios en el teatro hasta su consagración en películas como Santitos, la serie Capadocia y más recientemente Pedro Páramo. El título del libro retoma una de las frases más representativas de Heredia, que también considera su mantra: “Un ratito de vida es vida”.
“Este es un oficio que tiene sus rudezas, pero también tiene sus maravillas. Es una joya que, a través del trabajo actoral, uno pueda vivir más vidas. Nos asomamos a realidades que quizá nunca habríamos conocido”, expresó Heredia durante la presentación, frente a un público que reconoció su sensibilidad artística y humana.
A lo largo de la conversación, la actriz recordó que en su juventud contempló otros caminos profesionales, como corresponsal de guerra o escritora, pero fue la actuación la que le permitió encontrar una forma de vida en la expresión artística. Desde sus primeras experiencias en el teatro, fue cultivando una carrera sólida con más de tres décadas de trayectoria.
“Tal vez con una vida normal en Baja California no me habría tocado experimentar tantas cosas, y eso me ha hecho más paciente, más curiosa y más corresponsable con mi tiempo”, confesó.
Uno de los aspectos más íntimos que abordó fue su relación con la cámara, una herramienta que la ha acompañado desde sus años de secundaria. Para Heredia, el lente no ha sido solo un medio para mostrarse al público, sino una vía para conocerse profundamente.
“La cámara me ha ayudado a encontrarme a mí misma. Siento un placer muy raro, que no tiene que ver con la vanidad, sino con el autoconocimiento”, señaló.
El autor del libro, Roberto Fiesco, destacó durante la presentación que este trabajo busca retratar la dimensión artística y humana de Dolores Heredia, así como las decisiones que han definido su trayectoria en un medio muchas veces marcado por estereotipos.
En un tono cercano, la actriz compartió también el significado emocional de haber llegado hasta este punto de su carrera: “Este trabajo me ha dado una forma de vivir más profundamente, de entender a los otros, de transformar lo cotidiano en algo extraordinario”.
La presentación del libro fue parte de las actividades especiales del FICG 40, que ha dedicado espacios a figuras clave del cine mexicano para reflexionar sobre su legado y su visión del arte en el presente.
.