Miles de fieles comenzaron a visitar la tumba del papa Francisco este domingo, apenas un día después de su funeral en el Vaticano, donde líderes mundiales y cientos de miles de personas le rindieron homenaje. La sepultura, ubicada en la basílica de Santa María la Mayor en Roma, refleja la sencillez que caracterizó al pontífice durante su vida.
Sobre la tumba blanca, identificada con la inscripción “Franciscus” en latín, fue colocada una sola rosa blanca. Una luz tenue ilumina el lugar, mientras que una reproducción de la cruz pectoral que Francisco solía portar adorna la pared superior.
Rosario Correale, visitante de Salerno, Italia, compartió su emoción tras ver el sitio de descanso del pontífice. “Veo que toda la gente está realmente conmovida. Realmente ha dejado una huella en nosotros”, expresó. Durante la visita, muchos fieles se santiguaban, tomaban fotografías o simplemente ofrecían un momento de oración, mientras el personal de la basílica organizaba el flujo de visitantes para dar acceso a la multitud que formó largas filas en el exterior.
Entre los asistentes, Elias Caravalhal, residente de Roma, comentó que visitó la tumba “para agradecerle por lo que ha hecho”, ya que no había podido asistir al velatorio realizado en la basílica de San Pedro.
La apertura de la tumba se llevó a cabo en el segundo día de los nueve días oficiales de luto establecidos tras el fallecimiento de Francisco, quien murió el Lunes de Pascua a los 88 años. Finalizado este periodo, se celebrará un cónclave para elegir a su sucesor, aunque aún no se ha fijado la fecha exacta. Se espera que el proceso inicie entre el 5 y el 10 de mayo.
Mientras tanto, en la plaza de San Pedro, el cardenal Pietro Parolin, exsecretario de Estado del Vaticano y uno de los posibles candidatos para el próximo papado, presidió una misa especial. “El pastor que el Señor dio a su pueblo ha terminado su vida terrenal y nos ha dejado”, dijo Parolin en su homilía, marcada por el dolor y la reflexión.
La celebración reunió a cerca de 200,000 personas, incluidos muchos jóvenes que habían viajado a Roma para participar en eventos dedicados a los adolescentes, como parte de la canonización prevista de Carlo Acutis, el primer santo millennial.
El lugar de sepultura elegido por Francisco, cerca de un icono de la Virgen María que veneraba, fue descrito por el arzobispo a cargo de la basílica como un reflejo de la vida “humilde, sencilla y esencial” del papa.
Para visitantes como Amaya Morris, proveniente de Los Ángeles, California, la experiencia fue significativa. “Pensé que era increíble que quisiera ser enterrado aquí en esta basílica. De todas las que hay, eligió esta”, comentó.
