Columna del Director
Después de un largo tiempo de no escribir, inicio esta nueva etapa, impulsado por una lamentable circunstancia, el sensible fallecimiento de uno de los directivos más amados y respetados en la historia de la hotelería en México, el señor Rogelio Oruña Suárez, ex Director General del hotel Fiesta Americana Guadalajara (Minerva), de Holiday Inn de la Avenida Mariano Otero y del Plaza Génova, entre otros.
Aproximadamente a las 17:00 horas del viernes 21 de febrero de este año de 2025, Fernando Laureano, amigo entrañable y compañero de trabajo en el sector hotelero, me llamó telefónicamente para informarme del sentido fallecimiento del señor Oruña, a quien conocíamos muchos por su apellido paterno.
Este excelente ser humano, esposo solidario, magnífico padre, abuelo excepcional y profundo apasionado de su familia y el trabajo, contribuyo enormemente, no sólo en el desarrollo de una extraordinaria familia, sino que nos formó a varias generaciones de personas que tuvimos la fortuna de trabajar en sus exitosos equipos de trabajo.
Su estilo firme, honesto, franco, formador y generoso, dejó huella en varios de nosotros para el resto de nuestras vidas, por lo que estoy seguro es una gran pérdida para este país, el estado de Jalisco y los que lo veíamos como un gran líder y ejemplo a seguir.
Este inigualable e insustituible ser de luz deja este plano terrenal, en esta época, en la que lamentablemente existen personas realizando acciones violentas, contrarias a la armonía, la fraternidad, la compasión, la prudencia y la decencia, precisamente ahora que nuestra sociedad requiere de más líderes desarrolladores, tanto en lo personal como en lo profesional, como indudablemente lo hizo el en este mundo.
Desde este espacio, deseo expresar mis más sentidas condolencias, junto con un abrazo fraternal y solidario, para la Señora Eda, sus Hijos Rogelio, Sandra, José y Eda, a sus esposas y esposos, además de todos sus nietos.
No podría finalizar este mi humilde homenaje, sin externar mi eterno agradecimiento por todo lo que contribuyó en mi formación, porque gracias a él, ahora soy menos ignorante, menos indolente y un poco más civilizado, en conclusión; creo yo… mejor persona, más honesto y más profesional.
¡Goce el cielo señor Oruña!.. porque se lo ganó a pulso y porque sé que Dios está disfrutando su compañía, mientras este mortal lo recordará siempre, como uno de los seres más importantes y trascendentes de su vida.
Querido Victor:
Fuiste otro hijo para mi Padre y un hermano para nosotros. Incondicional miembro de nuestra familia.
Un abrazo, tu hermano,
Rogelio Oruña Aguilar