Especialistas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) pronostican una caída significativa en las remesas para 2025, sumada al impacto del pago de un impuesto del 10% a estos recursos. Según cálculos, la medida podría representar una recaudación de 6 mil 500 millones de dólares, equivalente al total de remesas que recibe Jalisco, uno de los principales estados receptores.
El impacto en la economía
El doctor Antonio Ruiz Porras, Coordinador del doctorado en Estudios Económicos del CUCEA, explicó que las remesas representan actualmente el 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, pero podrían disminuir al 2.6%, afectando especialmente a grupos de bajos ingresos.
“México es el segundo país con mayor recepción de remesas en el mundo. Estos ingresos reducen la pobreza, incrementan el consumo y contribuyen al bienestar social. Sin embargo, un impuesto y la posibilidad de deportaciones masivas afectarían a 5 millones de mexicanos que dependen de este recurso”, destacó Ruiz Porras.
En estados como Chiapas, las remesas representan hasta el 15% de su PIB, mientras que Jalisco se mantiene como el tercer estado con mayor recepción, recibiendo el 8.5% del total nacional. Municipios como Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tepatitlán concentran el 40% de las remesas estatales.
Migración y precarización laboral
El doctor Clemente Hernández Rodríguez, del Departamento de Economía del CUCEA, advirtió sobre el impacto de una eventual deportación masiva:
“Esto generará una nueva fuerza laboral vulnerable, dispuesta a aceptar empleos sin seguridad social ni condiciones laborales dignas. Los grandes ganadores serían los empresarios que aprovecharán esta precarización.”
Además, subrayó que los migrantes, especialmente aquellos insertos en sectores urbanos como el comercio y la construcción, enfrentan menos riesgo de deportación en comparación con trabajadores agrícolas del sector primario.
Síntoma de una economía con carencias
El doctor Rafael Salvador Espinosa Ramírez, también del CUCEA, señaló que la dependencia de las remesas refleja las debilidades estructurales de la economía mexicana.
“Las remesas no son un síntoma de una economía saludable, sino de una incapacidad para generar empleo suficiente. Los estados del sur, como Chiapas y Oaxaca, envían migrantes al sector agrícola, mientras que entidades como Jalisco, Guanajuato y Michoacán tienen migrantes que contribuyen más al sector servicios, con mayores envíos de remesas”, explicó.
Panorama para 2025
Ante este escenario, los expertos llamaron a implementar políticas públicas más amplias y efectivas que incluyan capacitación para migrantes retornados y apoyo social para las familias afectadas.
Finalmente, recalcaron que la disminución de remesas no solo afectará el consumo y bienestar social, sino que agravará la precarización del mercado laboral en México, especialmente en comunidades que dependen de estos ingresos como su principal fuente de sustento.