En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Patricia van Rhijn Armida, fundadora de la editorial CIDCLI, fue reconocida con el Homenaje al Mérito Editorial. Este reconocimiento celebra 45 años de carrera dedicados a la literatura infantil y juvenil, marcados por innovación, resiliencia y una profunda pasión por los libros.
Una confesión inesperada
Durante el evento, Patricia compartió la historia detrás de la creación de CIDCLI: “Empecé la editorial por despecho”, dijo, provocando risas del público. Relató cómo, tras ser despedida de la Secretaría de Educación Pública (SEP) por viajar sin autorización al Salón del Libro de Montreal, decidió transformar su idea inicial en un proyecto propio. Desde la cochera de su casa, y con el apoyo de escritores y escritoras profesionales, Van Rhijn comenzó a construir un catálogo enfocado en fortalecer la literatura infantil mexicana.
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La misión de fortalecer la literatura infantil
La editora recordó los retos que enfrentó en un mercado dominado por traducciones extranjeras. “Mi intención era que nuestras historias reflejaran la cultura mexicana”, comentó, destacando cómo adaptó textos de América Latina para hacerlos accesibles a los niños de México. Además, mencionó colaboraciones con grandes nombres de la literatura, como Octavio Paz y Álvaro Mutis, así como su esfuerzo por integrar ilustradores, incluyendo a artistas internacionales como un dibujante japonés que trabajó en uno de sus proyectos.
Un llamado a la promoción de la lectura
Van Rhijn aprovechó su discurso para expresar preocupación por la falta de estrategias efectivas en la promoción de la lectura en México. Destacó la importancia de ampliar el acceso a los libros y fomentar la bibliodiversidad: “De poco sirve implementar programas si no llegan a sectores amplios”. Recordó que solo el 11% de los libros producidos en el país provienen del gobierno, subrayando la necesidad de integrar a todos los actores de la industria editorial.
Una vida dedicada a los libros
La homenajeada también reflexionó sobre los desafíos de sostener un proyecto editorial durante más de cuatro décadas. Reconoció a su equipo por su compromiso y resaltó cómo la FIL Guadalajara ha sido una aliada clave en su trabajo. “Al principio vine a vender libros; ahora vengo a buscar nuevas voces”, declaró.
Cerró su discurso recordando las palabras del escritor Gabriel Zaid: “Leer no sirve para nada: es un vicio, una felicidad”.
Un homenaje inolvidable
El evento concluyó con un emotivo mensaje del maestro de ceremonias, Carlos Maciel, quien expresó su admiración por Van Rhijn y agradeció la oportunidad de conocerla. Este reconocimiento subraya la relevancia de su labor como promotora de la lectura y su legado en la literatura infantil y juvenil en México.
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