El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, volvió a ser el blanco de un aparente intento de asesinato. El incidente ocurrió en su club de golf en West Palm Beach, Florida, donde se encontraba jugando, según informó el FBI. Este suceso, apenas nueve semanas después de otro ataque en un mitin en Pensilvania, resalta la creciente tensión y violencia que ha marcado su campaña presidencial.
Detalles del ataque
El domingo, el jefe policial del condado Palm Beach, Ric Bradshaw, dio detalles sobre lo ocurrido. Un hombre armado con un rifle AK-47 con mira telescópica fue divisado cerca de la valla que rodea el club de golf, mientras Trump jugaba en un hoyo cercano. La distancia entre el agresor y Trump oscilaba entre los 365 y 450 metros, lo que indicaba una preparación cuidadosa por parte del atacante.
El Servicio Secreto, encargado de la seguridad del expresidente, actuó con rapidez al detectar la amenaza. El sospechoso, escondido entre los arbustos y con dos mochilas a su lado, huyó rápidamente después de que le dispararan, abandonando el rifle. “Gracias a la rápida intervención del Servicio Secreto y la colaboración de testigos, el sospechoso fue detenido poco tiempo después en un condado vecino”, explicó Bradshaw.
Un testigo fue clave para identificar al agresor, al tomar fotografías de la matrícula del vehículo en el que intentó escapar. Este detalle fue determinante para su captura. Aunque la identidad del sospechoso no ha sido revelada, el FBI confirmó que está investigando el incidente como un “aparente intento de asesinato”.
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El mensaje de Trump
Tras el suceso, Donald Trump no tardó en dirigirse a sus partidarios para tranquilizarlos. En un correo electrónico, expresó: “Hubo disparos cerca de mí, pero antes de que los rumores empiecen a descontrolarse, quería que escuchasen esto primero: ¡estoy a salvo y bien!”. Su mensaje fue claro y directo, reafirmando su determinación de continuar con su campaña presidencial: “Nada me frenará. ¡No me rendiré nunca!”.
Este ataque es el segundo en lo que va de su campaña, lo que ha generado preocupación en torno a la seguridad del expresidente y actual candidato republicano. El pasado 13 de julio, Trump ya había sido víctima de un intento de asesinato durante un mitin en Pensilvania. En esa ocasión, una bala le rozó la oreja derecha, lo que provocó una revisión profunda en los protocolos de seguridad y la dimisión de Kimberly Cheatle, entonces directora del Servicio Secreto.
Reacciones internacionales
La noticia del ataque a Donald Trump no solo causó revuelo en Estados Unidos, sino que también generó reacciones internacionales. Desde México, el presidente Andrés Manuel López Obrador condenó el hecho y llamó a la paz. “Aun cuando todavía no se conoce bien lo sucedido, lamentamos la violencia producida en contra del expresidente Donald Trump. El camino es la democracia y la paz”, publicó en redes sociales.
Por su parte, Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, también se pronunció sobre el incidente: “Condenamos la agresión contra el expresidente Trump. La paz debe guiar siempre los procesos democráticos”. Estas declaraciones reflejan la preocupación de líderes extranjeros ante la violencia que parece seguir de cerca la campaña presidencial de Trump.
Una campaña marcada por la violencia
El intento de asesinato del domingo no es un hecho aislado. En un año electoral cargado de controversias, agitación social y acusaciones entre candidatos, los ataques contra Trump han resaltado la polarización que vive Estados Unidos. Hace apenas dos meses, Trump fue atacado en un mitin en Butler, Pensilvania, donde un joven de 20 años disparó un rifle desde un lugar elevado. Aquel ataque resultó en la muerte de una persona del público, y el agresor fue abatido por el Servicio Secreto.
Desde entonces, el equipo de seguridad de Trump ha reforzado las medidas, pero los incidentes parecen continuar. En un contexto tan tenso, la seguridad de los candidatos presidenciales se ha convertido en una prioridad tanto para el Servicio Secreto como para las agencias federales.
El hecho de que Donald Trump haya sido objetivo de dos intentos de asesinato en un período tan corto no solo plantea preguntas sobre su seguridad, sino también sobre la estabilidad política en un país donde la violencia ha comenzado a infiltrarse en los procesos democráticos. En el mitin de Pensilvania, la respuesta del público fue de conmoción y preocupación, lo que motivó a varios funcionarios a renunciar debido a las fallas en los dispositivos de seguridad.
Mirando hacia el futuro
A pesar de estos ataques, Trump ha dejado claro que no tiene intenciones de detenerse. Con una retórica desafiante, el expresidente ha insistido en que seguirá luchando por regresar a la Casa Blanca. Sus seguidores, lejos de desanimarse, parecen reafirmar su apoyo tras cada incidente. En su correo electrónico del domingo, Trump no solo agradeció la preocupación de sus seguidores, sino que también subrayó su compromiso de continuar con la campaña: “Nada me frenará”, escribió con firmeza.
