Cinco personas, incluyendo el asistente personal de Matthew Perry y dos médicos, enfrentan cargos relacionados con la muerte del famoso actor, conocido por su papel en la serie “Friends”. Perry murió en octubre del año pasado debido a una sobredosis de ketamina, un anestésico que se ha utilizado en algunos casos para tratar el dolor crónico y la depresión.
El fiscal federal Martín Estrada anunció estos cargos y explicó que los médicos suministraron grandes cantidades de ketamina a Perry, a pesar de que sabían de sus problemas de adicción. Según Estrada, los acusados se aprovecharon de la situación del actor para enriquecerse, ignorando las consecuencias que esto podría tener en su salud.
La tragedia ocurrió el 28 de octubre, cuando el asistente personal de Perry, Kenneth Iwamasa, encontró al actor sin vida en su bañera de hidromasaje. Se descubrió que Perry había recibido varias inyecciones de ketamina el día de su muerte, suministradas por su propio asistente. La ketamina fue entregada por Erik Fleming, quien también enfrenta cargos por obtener la droga de un proveedor llamado Jasveen Sangha, apodada la “reina de la ketamina” por las autoridades.
Sangha fue arrestada junto con el Dr. Salvador Plasencia, uno de los médicos que suministró ketamina a Perry. Plasencia enfrenta múltiples cargos por distribución de ketamina y por falsificación de registros después de la muerte del actor. Además, otro médico, el Dr. Mark Chávez de San Diego, ha acordado declararse culpable de conspiración para distribuir ketamina, según los fiscales.
Estrada destacó que, después de la muerte de Perry, los acusados intercambiaron mensajes en los que reconocían que la ketamina fue la causa principal del fallecimiento. Sin embargo, trataron de encubrir su participación en la distribución del anestésico.
El uso de ketamina ha aumentado en los últimos años como tratamiento para la depresión y otros trastornos, pero su administración debe ser estrictamente controlada debido a los riesgos asociados. Según el informe del médico forense, la cantidad de ketamina encontrada en la sangre de Perry era suficiente para ser utilizada en anestesia general durante una cirugía, lo que indica que recibió dosis muy altas.
Aunque el informe de la autopsia dictaminó que la muerte de Perry fue un accidente, otros factores, como el ahogamiento y problemas médicos preexistentes, también contribuyeron a su fallecimiento. Perry, quien luchó contra la adicción durante años, había estado recibiendo tratamiento con ketamina, pero los niveles encontrados en su cuerpo el día de su muerte no eran compatibles con un tratamiento terapéutico regular.
La muerte de Matthew Perry fue un triste recordatorio de los peligros del abuso de sustancias y la responsabilidad que tienen los profesionales de la salud al recetar medicamentos poderosos. La investigación sobre su fallecimiento continúa, y los involucrados enfrentarán a la justicia por su papel en esta tragedia.