Los Juegos Olímpicos de París 2024 llegaron a su emotivo final el domingo 11 de agosto, en una ceremonia de clausura que quedará grabada en la memoria colectiva como una celebración única de la grandeza deportiva y la unidad mundial. Desde su inauguración en una tarde lluviosa sobre el río Sena hasta su conclusión en el emblemático Stade de France, estos Juegos Olímpicos ofrecieron una experiencia sin precedentes que elevará el estándar para futuros eventos.
El Stade de France, vibrante y lleno de color, fue el escenario perfecto para despedir a los miles de atletas que dieron lo mejor de sí mismos en esta histórica edición olímpica. Bajo el pebetero olímpico, el nuevo ícono del deporte francés, Léon Marchand, quien ganó cuatro medallas de oro en natación, abrió la ceremonia con una dignidad y pasión que capturaron el espíritu de los Juegos. Los 9.000 atletas que participaron en el desfile final fueron testigos de un espectáculo que celebró la creación de los Juegos modernos, un tributo al legado de Pierre de Coubertin.
El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, pronunció un discurso que destacó la excelencia de las actuaciones atléticas y subrayó la evolución del movimiento olímpico hacia “una nueva era”. Bach señaló que París 2024 no solo fue una celebración del deporte en su máxima expresión, sino que también marcó el inicio de unos Juegos Olímpicos “más jóvenes, más urbanos, más inclusivos, más sostenibles”. Por primera vez en la historia, estos Juegos lograron la plena paridad de género, un hito significativo en la búsqueda de la igualdad.
Dirigiéndose a los atletas, Bach expresó: “Nos mostrasteis la grandeza de la que somos capaces los humanos. Gracias por hacernos soñar”. Con estas palabras, París bajó el telón de un escenario olímpico sin igual, y entregó la estafeta a Los Ángeles, que recibirá los Juegos de Verano en 2028.
En un gesto simbólico, Tom Cruise, estrella de Hollywood y embajador no oficial de la próxima sede olímpica, protagonizó un espectacular salto desde lo alto del Stade de France. Este acto fue una señal de que Los Ángeles está lista para tomar la antorcha olímpica y llevar los Juegos a nuevas alturas. En una secuencia grabada previamente, Cruise recorrió las calles de París en motocicleta antes de trasladarse a las colinas del sur de California, donde los icónicos aros olímpicos se superpusieron al famoso letrero de Hollywood, simbolizando el paso del relevo olímpico.
La ceremonia también incluyó actuaciones de Red Hot Chili Peppers, Billie Eilish, y Snoop Dogg, quienes dieron una muestra del vibrante ambiente que se espera en Los Ángeles 2028. La capital francesa, con su rica historia y simbolismo, entregó con gracia la estafeta a una ciudad conocida por hacer realidad los sueños, preparando el escenario para lo que promete ser otra edición memorable de los Juegos Olímpicos.
La ceremonia de clausura en París 2024 no fue solo una despedida, sino una celebración de la diversidad cultural y la excelencia deportiva. Tony Estanguet, presidente de París 2024, expresó su agradecimiento a los deportistas: “Sabíamos que serían brillantes, pero fueron mágicos”. A medida que la pista del Stade de France se llenaba de color y alegría, los atletas, que habían sido los protagonistas de estos Juegos, se convirtieron en espectadores de un espectáculo que reflejaba la unidad y la diversidad del mundo.
Un momento destacado de la ceremonia fue la premiación de las medallistas del maratón femenino, un evento que rindió homenaje a la lucha por la igualdad de género. Con un recorrido inspirado en la histórica Marcha sobre Versalles de 1789, este maratón simbolizó la resistencia y el empoderamiento de las mujeres en el deporte y en la sociedad.
El responsable artístico de la ceremonia de clausura, Thomas Jolly, logró encapsular la esencia de los Juegos Olímpicos, desde su origen en la antigüedad hasta su relevancia en el mundo moderno. Con un enfoque en la importancia de la unidad y la paz, Jolly creó una narrativa poderosa que resonó con todos los presentes y los millones que siguieron el evento a través de las pantallas.
“A pesar de las tensiones en todo el mundo, vinieron para hacer que la ‘Ciudad Luz’ brillara como nunca antes”, declaró Thomas Bach. “Sus actuaciones fueron increíbles, compitieron ferozmente entre sí. Cada actuación al borde de la perfección. Nos enseñaron la grandeza que el ser humano es capaz de alcanzar. Crearon una cultura de paz”, añadió.
La llama olímpica, que había iluminado París durante estas semanas de competencia, fue finalmente extinguida, pero su espíritu perdurará. En un gesto final, Léon Marchand llevó el fuego al centro del escenario, donde fue apagado ceremoniosamente, marcando el fin de unos Juegos que dejaron una huella imborrable en la historia del deporte y en los corazones de millones alrededor del mundo.
París 2024 se despidió con elegancia y esplendor, dejando el escenario listo para Los Ángeles 2028, una cita olímpica que ya promete continuar la tradición de excelencia y unidad que estos Juegos han renovado y elevado a nuevas alturas.