Por el Vocero Cibernético
Con la llegada de la temporada de incendios forestales, Jalisco enfrenta un desafío sin precedentes, marcado por las condiciones climáticas adversas y la intensificación de El Niño, que amenazan con convertir el 2024 en un año crítico en términos de riesgo de incendios. La combinación de irregularidades en las precipitaciones y la extendida sequía, agravada por el aumento de las temperaturas, crea un caldo de cultivo perfecto para la propagación de incendios forestales en el estado.
Ante este panorama, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) ha desplegado esfuerzos significativos a través del Programa Estatal de Manejo del Fuego en el Estado de Jalisco. Desde octubre hasta enero, se han llevado a cabo diversas acciones preventivas, desde la apertura de cortafuegos hasta quemas prescritas, en un esfuerzo por reducir la vulnerabilidad de la región. En particular, el Bosque La Primavera ha sido objeto de atención con la colaboración de organismos públicos y municipios para implementar medidas que minimicen los riesgos.
Es crucial reconocer la importancia de las acciones regionales, como los programas de manejo del fuego locales y los manuales de buenas prácticas. La capacitación a productores y la implementación de calendarios de quema agropecuarios contribuyen al orden en el uso del fuego a nivel municipal. Es digno de destacar que, desde 2020, la modificación de la Ley Estatal de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LEEEPA) ha establecido restricciones y prohibiciones específicas para el uso del fuego en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).
Sin embargo, la responsabilidad recae no solo en las autoridades, sino en cada ciudadano. Los incendios forestales son, en su mayoría, consecuencia del descuido humano. Actividades agrícolas irresponsables, colillas de cigarro arrojadas sin pensar y fogatas mal apagadas son solo algunos ejemplos de cómo nuestras acciones pueden desencadenar catástrofes ambientales.
El llamado del Gobierno de Jalisco a la ciudadanía es claro: prevenir en la medida de lo posible incendios forestales o de interfaz urbano-forestal. La acumulación de combustible fósil en terrenos, especialmente en zonas boscosas, debe evitarse. Tirar colillas de cigarro o residuos en áreas forestales es una práctica peligrosa que debe erradicarse. La realización de fogatas en espacios naturales está estrictamente desaconsejada.
En caso de presenciar un incendio, la ciudadanía debe abstenerse de intentar apagarlo y reportarlo inmediatamente a las autoridades. Los números de contacto proporcionados por la Semadet son esenciales para una respuesta rápida y coordinada.
La temporada de incendios forestales en Jalisco no es solo una prueba para las autoridades, sino una llamada de atención urgente para todos los habitantes del estado. La protección de nuestros bosques es una responsabilidad compartida que requiere un compromiso colectivo para evitar consecuencias irreparables en nuestro entorno natural. Es momento de actuar de manera responsable y solidaria, porque el futuro de Jalisco está en juego.