Como resultado de una colaboración efectiva entre la Fiscalía del Estado (FE) y las autoridades de Sinaloa, se ha logrado la captura de Cornelio A., identificado como probable responsable de los delitos de desaparición forzada de personas, homicidio y tortura en agravio de tres policías municipales de Santa María del Oro, Jalisco.
Un dispositivo de seguridad, implementado por la policía de investigación de Mandamientos Judiciales, permitió trasladar al individuo a Jalisco, donde quedó a disposición del Juez de Control y Oralidad del V Distrito Judicial para enfrentar las acusaciones en su contra.
El trágico incidente tuvo lugar el primero de julio de 2022, cuando agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Santa María del Oro fueron privados de su libertad por individuos armados mientras patrullaban la zona.
Al día siguiente, la Secretaría de Seguridad Jalisco encontró con vida a una de las víctimas de género femenino en el municipio de Mazamitla, quien presentaba lesiones aparentemente causadas por objetos contundentes y fue trasladada para recibir atención médica.
Posteriormente, el 7 de julio del mismo año, se encontraron los cuerpos de dos oficiales masculinos, mutilados, dentro de un vehículo Nissan Sentra, en el municipio de Mazamitla.
La investigación de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas (FEPD) permitió identificar a Cornelio A. como el probable responsable de estos hechos. Se cree que el móvil detrás del crimen está vinculado a diferencias entre grupos delictivos rivales que buscaban la protección de los policías municipales.
Con sólidas pruebas recopiladas, el Agente del Ministerio Público solicitó una orden de aprehensión contra Cornelio A., iniciándose su búsqueda. Recientemente, miembros del Grupo Élite del agrupamiento Azufre de la Policía Estatal de Sinaloa lo detectaron en Culiacán y, al saber que era requerido en Jalisco, procedieron a su captura.
Con estas acciones, la Fiscalía de Jalisco reitera su compromiso de trabajar en colaboración con las autoridades de todo el país para capturar a prófugos y presentarlos ante la justicia, eliminando así los límites territoriales que podrían beneficiar a los delincuentes y garantizando la protección de los derechos de las víctimas.
La detención de Cornelio A. se llevó a cabo siguiendo los protocolos policiales establecidos, asegurando también la notificación de sus derechos. Se presume su inocencia hasta que su responsabilidad sea declarada mediante sentencia. La coordinación efectiva entre las autoridades refleja un paso importante hacia la justicia y la rendición de cuentas en este caso lamentable.
