Más de 24 mil personas dieron la bienvenida a Amal, la niña siria de tres metros y medio de altura que se ha convertido en un símbolo de los derechos humanos y la migración. Su llegada a Zapopan, después de recorrer 14 países, fue un emotivo encuentro que reafirmó el mensaje de esperanza, tolerancia y solidaridad hacia quienes han tenido que abandonar sus hogares debido a conflictos y violencia.
La marioneta Amal inició su recorrido en las afueras del Palacio Municipal de Zapopan, donde fue recibida por la presidenta del Patronato del DIF Zapopan, Michelle Greicha Frangie. En representación del alcalde Juan José Frangie, Michelle destacó la importancia de la visita de Amal y recordó el sufrimiento que experimentan las familias migrantes.
“La familia Frangie es una familia de migrantes también y nos sentimos muy identificados con esta caminata de Amal. Espero que este camino de Amal haga un sentido para todas y todos los que están aquí y nos sensibilicemos a este tema tan delicado que es la migración de niños”, expresó Michelle Greicha.
Amal, diseñada para parecer una niña refugiada siria de 10 años, es un símbolo mundial de los derechos humanos, especialmente de la infancia sin hogar. Su mensaje, “No se olviden de nosotros”, busca sensibilizar a la población sobre las dificultades que enfrentan los niños en situaciones de conflicto y migración.
El recorrido de Amal por Zapopan incluyó la parroquia de San Pedro Apóstol, la Presidencia Municipal, la calle 28 de enero, y la Plaza de las Américas, donde fue recibida con danzas folklóricas y coronada por Juana Franco del grupo Otomí Hñahñu. Posteriormente, visitó la Basílica de Zapopan, donde recibió la bendición de La Generala.
Amal ha cautivado a más de un millón de personas en más de 120 ciudades desde que inició su marcha en Turquía, donde miles de sirios se refugiaron debido a la guerra civil que comenzó en 2012. En México, su travesía de alrededor de cinco mil kilómetros, desde Tijuana hasta Tapachula, cuenta con el respaldo de diversas agencias de la ONU, como Acnur, Unicef, OIM y Unesco. Su caminata busca sensibilizar sobre la situación de los migrantes y refugiados, recordando que detrás de cada historia hay seres humanos que buscan una vida mejor.