En una escalada de violencia sin precedentes, combatientes de Hamas llevaron a cabo un ataque sorpresa fuera de la Franja de Gaza, asaltando localidades israelíes cercanas y causando la muerte de al menos 250 personas. El ataque ocurrió durante un importante feriado judío y provocó una respuesta inmediata de Israel, que lanzó ataques en Gaza que resultaron en la muerte de 232 personas y anunció que seguirá tomando represalias. El presidente de Israel declaró que el país se encontraba en estado de guerra y prometió que Hamas pagaría un “precio sin precedentes”.
Este asalto sorpresa de Hamas fue asombrosamente extenso, ya que sus combatientes ingresaron en 22 localidades fuera de la Franja de Gaza, incluyendo ciudades y comunidades ubicadas a hasta 24 kilómetros de la frontera de Gaza. Durante el ataque, murieron al menos 250 personas, incluyendo a 26 soldados, y varios civiles fueron tomados como rehenes mientras el ejército israelí intentaba responder.
El ejército israelí anunció que sus fuerzas estaban combatiendo las incursiones de Hamas en ocho ubicaciones y que dos situaciones de rehenes se habían “resuelto”, sin proporcionar detalles sobre el estado de las personas capturadas.
Israel respondió a estos ataques lanzando 426 ataques en Gaza, incluyendo la destrucción de edificios residenciales en grandes explosiones, como una torre de 14 pisos que albergaba docenas de apartamentos, así como oficinas de Hamas en el centro de Ciudad de Gaza. Israel emitió una advertencia momentos antes de estos ataques.
Según el Ministerio palestino de Salud, al menos 256 personas murieron en los ataques israelíes en la Franja de Gaza, incluyendo 20 niños, y hubo cerca de 1.800 heridos. Por otro lado, medios israelíes citaron a servicios de rescate que informaron sobre al menos 250 muertes y 1.500 heridos en el ataque del sábado, convirtiéndolo en uno de los más mortales en Israel en décadas. Hamas también capturó un número desconocido de soldados y civiles israelíes en Gaza.
La escalada del conflicto también se ha extendido a la frontera norte de Israel, donde Hezbollah, un grupo armado libanés aliado de Hamas, afirmó la autoría de varios ataques contra posiciones israelíes en una zona disputada junto a la frontera con el territorio sirio en los Altos del Golán. El ejército israelí respondió atacando objetivos de Hezbollah en una zona disputada donde convergen las fronteras de Israel, Líbano y Siria.
Estos acontecimientos plantean la preocupación de una expansión del conflicto en la región, ya que Hezbollah, que había mantenido cierta distancia en conflictos previos entre Israel y Hamas, ahora parece estar involucrado en los enfrentamientos.
En un discurso televisado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que las fuerzas militares de Israel utilizarán todos sus recursos para destruir las capacidades de Hamas y prometió convertir en ruinas los lugares donde Hamas se esconde y opera.
La población de Gaza, que se encuentra bajo un bloqueo fronterizo sostenido por Israel y Egipto desde 2007, se encuentra en una situación precaria y ha sufrido repetidamente los efectos devastadores de conflictos anteriores. La situación actual es aún más volátil debido a la creciente desesperación de los palestinos en Cisjordania y el bloqueo constante de Gaza, así como al gobierno ultraderechista de Israel.
La comunidad internacional sigue con atención el desarrollo de los acontecimientos y hace llamados para la contención y la búsqueda de una solución pacífica a este conflicto, que amenaza con tener graves repercusiones en la región.