El pasado sábado, un grupo armado irrumpió en el balneario La Palma, en el municipio de Cortázar, estado de Guanajuato, México, y abrió fuego contra los vacacionistas que se encontraban en el lugar. El ataque dejó un saldo de siete personas muertas, entre ellas un niño de siete años, y una persona herida de gravedad.
Los agresores, quienes según medios locales eran unos 20 sujetos armados, destruyeron la tienda del balneario y se llevaron las cámaras de seguridad antes de huir del lugar. Los testigos del ataque relatan escenas de pánico, con personas corriendo y gritando mientras intentaban proteger a sus hijos.
Las autoridades locales han iniciado una búsqueda exhaustiva de los responsables del ataque, en colaboración con el ejército mexicano y las fuerzas de seguridad pública. Un helicóptero también ha sido utilizado en la búsqueda.
El estado de Guanajuato ha sido escenario de una creciente violencia en los últimos años debido a la disputa por el control de los territorios entre los grupos delictivos locales y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Entre los grupos locales, destaca el Cártel Santa Rosa de Lima, que aparentemente recibe apoyo del Cártel de Sinaloa.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido tomar medidas drásticas para combatir la violencia en el país. Sin embargo, la situación sigue siendo preocupante, especialmente en estados como Guanajuato, donde la presencia de grupos delictivos armados es cada vez más común.
La matanza en La Palma es una tragedia más que sacude a México y refleja la gravedad de la situación de violencia en el país. Las autoridades deben actuar con decisión para garantizar la seguridad de la población y poner fin a la impunidad de los grupos delictivos que actúan en el país.