El número de víctimas mortales tras los potentes terremotos que sacudieron Turquía y Siria el lunes ha superado los 15.000. La mayoría de los fallecidos se han producido en Turquía, donde se han contabilizado 9.057 muertes, mientras que en Siria el número de víctimas mortales asciende a 2.992. Además, se han registrado más de 58.000 heridos en ambos países, muchos de ellos con graves lesiones.
En Turquía, se han derrumbado 6.444 edificios en diez provincias del sureste, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reconocido que las autoridades tuvieron algunos problemas en las tareas de rescate en las primeras horas tras el terremoto. Sin embargo, ha prometido que las cosas están bajo control y que su objetivo es reconstruir las viviendas afectadas en un plazo de un año. Además, ha anunciado ayudas económicas para las víctimas por valor de 10.000 liras turcas por persona.
En Siria, que está inmersa en una guerra civil desde hace más de una década, las cifras de víctimas y afectados provienen tanto del gobierno de Bachar al Asad como del último enclave controlado por la oposición. En las zonas controladas por Damasco, se han registrado 1.262 muertes y 2.285 heridos, mientras que en las áreas opositoras se han contabilizado 1.730 fallecidos y 2.850 heridos. Cientos de familias continúan bajo los escombros de sus casas, por lo que se espera que la cifra de víctimas aumente en las próximas horas.
En las zonas controladas por Damasco, casi 300.000 personas han tenido que abandonar sus hogares y el gobierno ha abierto 180 refugios para acoger a los afectados y ha desplegado 157 unidades móviles a las provincias más afectadas. A pesar de las difíciles circunstancias, los equipos de rescate continúan con sus operaciones en busca de supervivientes y de asistir a las víctimas.
Estos terremotos son un nuevo golpe para dos países que ya han sufrido enormemente en los últimos años, pero las autoridades y la población están trabajando juntas para superar este desastre y reconstruir sus viviendas y comunidades.