Por Iván Alatorre Orozco
Nuestro mundo necesita con urgencia poetas,
y no solamente aproximación de pensadores.
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Se solicitan seres humanos, sensibles e independientes,
para eliminar así a la gran mayoría de entes semi funcionales.
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Necesitamos compositores de arte,
de todo tipo y forma del cual podamos apropiarnos
para lograr así bañarnos con él,
vestirnos con él,
enorgullecernos de él.
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Necesitamos luchadores que le den sentido a las palabras,
que las moldeen como un alfarero enamorado,
que las proyecten como una roca que al ser arrojada a un estanque
genere ondas que accedan a todos los lindes.
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Se solicitan con urgencia poetas valerosos,
de esos que no se inmutan por el estridente sonido de las sirenas,
o de los dragones que arrojan luces led de color rojo y azul
mientras conducen un vehículo de cuatro extremidades de caucho.
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Seguimos a la espera de aquellos poetas congruentes,
que comprenden que una celda con barrotes gruesos,
y paredes con techo reforzado,
jamás lograrán capturar el aire de la única libertad.
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Necesitamos poetas que no teman emplear palabras poderosas,
esas que defienden los valores fundamentales,
que expanden el amor que solo nace a través de la familia,
que son música que accede y conmueve al corazón del ser humano más ruin,
que logran que la realidad y la fantasía entonen una misma canción,
que se desnuden con objetivos y por intuición,
que se adentren a todos los sentidos para recordar las bondades y los demonios del pasado,
para lograr así dimensionar la urgencia de acción del presente en fusión de la esperanza hacia un mejor futuro,
que nos ayude a la progresiva destrucción de los incontables muros, para que, con sus pedazos, mano a mano, y palabra tras palabra, nos lleve a recoger esos pedazos para convertirlos en la mayor cantidad posible de puentes.