En 200 años de historia, la delegación de Mezcala, perteneciente al municipio de Poncitlán y muy cerca de Chapala, vivió su segunda batalla, ahora no por mantener su isla, sino un predio de 10 hectáreas, en la punta del cerro, desde donde se puede ver todo el lago de Chapala.
La comunidad indígena que entre 1812 y 1816 defendió la isla de Mezcala -situada a 3 mil 500 metros de la comunidad- de las fuerzas del imperio español, ahora libró un juicio de 23 años contra el empresario Guillermo Moreno Ibarra, que pretendía desconocer el decreto presidencial emitido por Luis Echeverría Álvarez, y construyó ahí, como parte de una avanzada para un desarrollo habitacional.
y todo su equipo, dispuestos a adjudicarse los terrenos. Alegaba que eran de su propiedad. Ellos lo llamaron “el invasor”.
Manipulando las leyes del gobierno comunitario y del propio Estado mexicano, se asentó ilegalmente en la parte más alta del Cerro de El Pandillo”. Afirman que más que vivir, pretendía desarrollar la zona.
En ese mismo año 1999, ellos comenzaron la defensa que derivó en un juicio de restitución de tierras (475/2013 último número de expediente asignado al juicio) impulsado por los comuneros.
Después de duras batallas, ahora en tribunales, en el mes de octubre del 2021, se dio la última sentencia que determinó tajantemente que el invasor Guillermo Moreno Ibarra debería de regresar las tierras a la comunidad indígena de Mezcala y es por ello que el Tribunal Agrario del distrito 15 se aprestó a desahogar la diligencia que terminó casi entrada la noche del martes 4 de octubre..
Acompañados por su abogado defensor, Rubén Ávila Tena, una delegación del Tribunal y de elementos de la Guardia Nacional, el pueblo y colectivos, organizaciones, acudieron a la ejecución legal de la restitución de esta parte de su territorio.
Personal del dicho Tribunal levantó un acta de entrega durante varias horas y en la que se les restituye la superficie que estaba ocupada por el invasor y además todos sus derechos sobre la misma.
Ahora la comunidad de Mezcala la responsable de cuidar y preservar este paraje del territorio, lo cual se hará valer a través de una guardia comunal que resguardará estas tierras.
Todavía, como en las batallas de caballeros y en un acto de buena voluntad, la comunidad decidió otorgar un día de gracia al invasor para que extraiga los bienes que considere, pues -se dijo- “nuestra comunidad tiene como principio político construir y no destruir; por ellos se organizaron comisiones de la comunidad para sacar las pertenencias que el empresario dejó dentro del predio”.
Destacaron tal acción, pese a que en su momento ellos consignaron que “Moreno Ibarra intentó destruir y dañó parte de las construcciones que realizó en nuestro territorio durante más de dos décadas antes de que entráramos a tomar posesión de la misma pero no consiguió hacerlo por completo, por lo que estos espacios e la restitución de esta parte de nuestro territorio”.
Se adelantó que estos espacios que se suman a la comunidad serán utilizados en beneficio de todo el pueblo de Mezcala y la región, a través de un proyecto educativo que planea recuperar los saberes y conocimientos tradicionales.
“Nuestro pueblo triunfó no sólo por tener sentencias favorables que confirman que Mezcala es el dueño único de ese territorio, sino que también triunfó ante la soberbia del dinero, que piensa que todo puede ser comprado, pero en Mezcala aun podemos decir que ¡la tierra no se vende, se trabaja y se defiende! Con la entrega oficial de las tierras invadidas termina una parte del proceso de recuperación territorial del Cerro de El Pandillo, sin embargo, hacemos un llamado a estar atentos a la ruta que siga en los próximos meses y a continuar acompañando a nuestro pueblo en la lucha por convertir el territorio recuperado en un espacio comunitario y educativo para el pueblo de Mezcala!”.