Por la Redacción
Las matanzas al interior de escuelas en Estados Unidos no es un fenómeno descartable en México, debido a que en el país el bullying entre compañeros, el acceso a las armas y la falta de atención a la salud mental son una constante, lo que podría desencadenar más casos como el ocurrido hace apenas unos días en Uvalde, Texas.
Esto lo compartieron investigadores del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), y aseguraron que en el contexto mexicano no se tiene la preparación para enfrentar un tiroteo al interior de los planteles.
“No porque pase en Estados Unidos lo dejemos como algo que no nos corresponde. En México, a muchos maestros les hemos preguntado y nos dicen que no saben qué hacer, no saben cómo intervenir. No sabemos cómo prevenir”, declaró la doctora María Teresa Prieto Quezada, profesora e investigadora del Departamento de Políticas Públicas del CUCEA.
Externó que según un estudio realizado en 2015, 8.5 por ciento de los estudiantes encuestados vio que se introdujeron armas a su plantel.
“Sí hay introducción de armas en las escuela, y nos preocupa mucho. Con la pandemia hicimos un estudio reciente y los alumnos nos comentaban que han reforzado la medida de llevar armas para defenderse en su propia colonia, para protegerse del acoso, la intimidación y el rapto. Los tiroteos son un peligro latente”, recalcó.
Recordó que quienes realizan los tiroteos, por lo regular lo anuncian en redes sociales, por lo que profesores, compañeros y padres de familia pueden identificar señales como cambios abruptos de personalidad y violencia contra otros compañeros. “Tenemos que estar alertas siempre”, subrayó Prieto Quezada.
“Las instituciones educativas estamos rebasadas. Estamos proponiendo intentos de intervención cuando los resultados vinculados con la violencia han ocurrido. Se diseñan protocolos como ‘Mochilas seguras’ o ‘Senderos seguros’, que son importantes que existan, pero regularmente estas medidas atacan ex post facto la situación presentada”, dijo Herbert Alexander Oliva, profesor investigador.
Urgió a la implementación de políticas públicas por parte de instancias como la Secretaría de Educación Pública (SEP), que no sólo atiendan, sino que expliquen por qué ocurren este tipo de eventos para erradicarlos, pues las matanzas son fenómenos.
“Hay una demanda de atención, pero si no se traduce en una política permanente, el problema seguirá ocurriendo”, alertó.
El doctor José Claudio Carrillo Navarro, profesor investigador del Departamento de Políticas Públicas del CUCEA, descartó que el bullying sea la única causa para que un joven se vuelva un tirador en su escuela, pero hay una relación importante con dicha situación, pues se ve en la biografías de quienes ejecutan las masacres.
“De 1999 a 2020 existen reportes serios que evidencian que la mayor parte de los crímenes al interior de las instituciones educativas son cometidos por personas que no tienen una patología mental”, externó.
“Ofrecemos herramientas para que las instituciones educativas atiendan esta realidad que se ha magnificado en Estados Unidos, pero que en nuestro país ha tenido manifestaciones concretas a otras escalas, pero que no deben ser desatendidas”, agregó.
Recordó que algunas matanzas que se han vivido en México son las del Colegio Cervantes, en Torreón, donde un estudiante de 12 años disparó contra dos profesores y cinco compañeros; una balacera entre narcomenudistas en Ciudad Universitaria de la UNAM, la cual dejó dos muertos; un estudiante del Colegio Americano del Noroeste, en Monterrey, quien disparó contra su profesora y tres compañeros.
Y aunque los casos de matanzas en las escuelas mexicanas no proliferan en comparación con las de Estados Unidos, las comunidades de los planteles en el país no están exentas de violencia, pues ha habido casos graves, como la desaparición de los estudiantes de la Normal rural de Ayotzinapa.
Destacó que debe haber preparación entre el personal docente para la acción y prevención de un tiroteo, que va desde la atención de la salud mental, la prevención del acoso escolar y las acciones durante el hecho.
Algunas recomendaciones que hay que acatar durante un tiroteo son: tirarse al suelo tratando de buscar refugio para evitar las balas y esquirlas; refugiarse en baños o paredes que detengan el impacto; evitar ventanas; los docentes deben de promover la calma entre los estudiantes y apoyarles hasta que termine el evento; una vez concluido el tiroteo, se debe de evacuar el plantel de forma ordenada utilizando las salidas de emergencia.