Periodistas recuerdan a quien fue corresponsal de la revista “Proceso” durante la Cátedra inaugural sobre Libertad de Expresión y Periodismo de la UdeG, en el Paraninfo Enrique Díaz de León
Por la Redacción
El asesinato de Regina Martínez (28 de abril de 2012), periodista de Veracruz y quien fue corresponsal de la revista Proceso, es un crimen político, sostuvieron este jueves amigos y periodistas durante la mesa de diálogo “Regina Martínez, violencia y periodismo en Veracruz”, en el marco de la Cátedra inaugural sobre Libertad de Expresión y Periodismo del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, de la Universidad de Guadalajara.
Daniela Pastrana, de la Red de Periodistas de a Pie, afirmó que la muerte de Martínez es “claramente un asesinato político” y no resuelto en el que se criminalizó a la periodista en una investigación que no ha terminado.
Aseguró que su muerte es un parteaguas en el tema de la violencia contra periodistas, por lo que representaba entre el gremio y porque fue el primero de impacto nacional contra una comunicadora que tenía “un enorme reconocimiento social”.
Reveló que entre el gremio periodístico hubo un periodo de mucho miedo y horror debido al poder del crimen organizado y de la censura del gobierno de Veracruz, encabezado por Javier Duarte que cobró la vida de 17 periodistas y agredió a decenas más para mantener el control político.
Alberto J. Olvera, académico de la Universidad Veracruzana y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, afirmó que Martínez es una referencia fundamental para los periodistas en Veracruz y en otros estados porque fue “una de las muy pocas periodistas” en esa entidad que logró mantener la dignidad y la autonomía política en medio de la continuidad autoritaria de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional.
Recordó que la administración de Javier Duarte (2010-2016) fue un periodo en el que los periodistas quedaban en medio de un ambiente de corrupción y abuso del poder entre los políticos veracruzanos de todos los niveles, además de un entorno delincuencial cada vez más violento por la lucha del territorio entre los distintos cárteles.
“Esto impacto a toda la sociedad, los ciudadanos, los empresarios y los medios de comunicación ya no supieron muy bien cómo estaban cambiando las reglas en un momento determinado, en un gobierno determinado con el PRI se sabía que iba a pagar a los periodistas lo que fuera necesario, a todos les tocaba algún dinero en algún momento. Cuando empieza la disputa entre los cárteles, la prensa tuvo un lugar incómodo y ahí a cada grupo delincuencial no le convenía que saliera la nota y empezó a haber presión en los periodistas sobre todo de la nota roja, los periodistas que mueren son de nota roja, después la violencia contra periodistas es aún más compleja porque el crimen organizado se fragmenta”, explicó.
Señaló que el caso de Regina Martínez “es excepcional” porque se trata de una periodista seria que no tenía tratos con grupos criminales y cuya agenda era el estudio de la corrupción y la clase política de cualquier partido.
“¿Quién mató a Regina? No sabemos, pudieron haber sido todos porque finalmente hubo críticas y denuncias de la corrupción de los gobiernos municipales, era la corresponsal de Proceso y una mujer absolutamente decente y una profesional digna, de manera que se trata de un asesinato político”, afirmó.
Verónica Espinosa, periodista y coordinadora de corresponsales en la revista Proceso aseguró que los colegas de Martínez sostienen el dicho del ex director de la publicación: “no les creemos” ante las mentiras y absurdos que el gobierno de Veracruz ha sostenido durante la investigación del asesinato.
“Es una frase que está vigente al día de hoy después de 10 años y que pronunciamos cada año, porque lo seguimos pensando, porque todo el camino recorrido en la investigación que inició en el momento en que una autoridad constató que Regina fue asesinada hasta el día de hoy nos ha demostrado que hay un cúmulo de irregularidades, de manipulación de la investigación de este asesinato”, indicó.
Recalcó que gracias al trabajo de muchas y muchos periodistas en Veracruz, se ha podido seguir documentando la investigación del asesinato y se han conocido algunos testimonios y admisiones de culpa de algunos funcionarios, incluso de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Libertad de Expresión del gobierno federal y de la Fiscalía de Veracruz, que admiten que en la casa de Regina fueron manipulados los objetos y la escena del crimen, además del ocultamiento de la información.
“El asesinato de Regina fue un crimen político, un crimen de Estado y contra una periodista que ponía la mirada e investigaba, desnudaba y exhibía no solo al poder político sino al poder delincuencial y la relación entre ambos, ella hizo este trabajo como ahora lo hacen otros periodistas y creemos que ese fue el motivo por el que la asesinaron”, concluyó.