Por Iván Alatorre Orozco
(A mi hijo Gael)
Ya no me resulta importante tener que llegar a otros sitios.
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Ya no es prioridad saber en todo momento en dónde me encuentro.
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Ya no busco con desespero acciones que me salven.
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Ya no dejo de luchar ante la llegada de la oscura noche.
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Ya no doy acceso total a proyectos infértiles.
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Ya no me vuelvo esclavo ante las encrucijadas.
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Ya no requiero en todo momento de un plan o de un horario.
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Ya no hay tiempo para el aburrimiento.
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Ya no hay justificante para la inacción
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Ya no espacio para la felicidad mecanizada.
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Él me enseñó que el piso se vuelve quebradizo cuando lo recubres de auto victimismo.
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Él me enseñó que se enriquece quien es testigo de la mayor cantidad de sonrisas.
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Él me enseñó que la riqueza existe mientras más le permites a la realidad ser acariciada por el mundo de los sueños.
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Él me enseñó que un niño de menos de cuatro kilogramos, es capaz de revolucionar el universo conocido.
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Él me enseñó que la vida son aquellos detalles que solemos dejar pasar de largo.
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Él me enseñó que no debo dejar pasar un solo día sin observar la respiración del viento al mover las hojas de los árboles.
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Él me enseñó que las nubes son espíritus amistosos que se comunican con nosotros a través de sus infinitas transformaciones.
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Él me enseñó que las estrellas en el firmamento nocturno son más brillantes y están más al alcance de lo que pensaba.
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Él me enseñó que con uno solo de sus abrazos se podían curar primigenias enfermedades del alma.
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Él me enseñó que ser padre significa reconciliarse con la felicidad que se encuentra esperando a la vuelta de todas las esquinas.
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Él me enseñó que no hay que recorrer el mundo para encontrarme conmigo mismo.
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Él me enseñó a no temer cerrar los ojos, a identificar mis respiros y a tapar mis oídos para escuchar los latidos de mi corazón.
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Él me enseñó que no existen límites para la ternura.
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Él me enseñó que los relojes pueden llegar a ser un invento inservible o incluso dañino.
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Él me enseñó que debo ganarme el privilegio del descanso al finalizar el día.
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Él me enseñó que la vida es aquí y ahora.
19-diciembre-2021