La autora recibió el galardón de manera virtual desde Chile
Por la Redacción
Por mostrar “un gran respeto por la infancia, y un conocimiento profundo de los secretos de la relación entre el mundo infantil y la poesía”, María José Ferrada fue elegida como ganadora del Premio SM de Literatura Infantil y Juvenil 2021, que recibió durante la edición 35 de la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara.
El comentario al respecto de la obra de Ferrada aparece en el acta del jurado, que estuvo integrado por Angélica Vázquez del Mercado, en representación de la Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI); María Emilia López, en representación del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc); Alicia Espinosa de los Monteros, en representación del International Board on Books for Young People (IBBY México); Rodrigo Morlesin, en representación de la Oficina en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y Graziela Ribeiro dos Santos, en representación de la Fundación SM.
En esta edición, la ceremonia de entrega del Premio se desarrolló de manera híbrida: mientras los organizadores realizaban el acto desde el salón 2 de la Feria, la autora acompañaba todo desde Chile.
En la entrega del Premio, la directora de la FIL Guadalajara, Marisol Schulz Manaut, dijo que es el momento de los grandes autores de la literatura infantil y de las grandes alianzas en la literatura. Además, felicitó con orgullo el trabajo de María José Ferrada, al que calificó como imprescindible.
Por su parte, María José Ferrada agradeció especialmente a los niños, quienes, afirmó, inspiran su profundo trabajo en la literatura. Desde la pantalla, María José Ferrada contó una breve historia sobre un saltamontes cuyo destino no es lo más importante de su viaje, sino “observar aquellos pequeños detalles y seres”. El mensaje de la historia, continuó, tiene que ver con aquellas preguntas que permanecen, aunque en una edad más adulta se olviden, ya que la respuesta sigue sin ser concluida ni por los niños, ni por los adultos. Preguntas como, “¿qué hago aquí?”, “¿dónde me encuentro?”, “¿hasta cuándo me podré ir?”. “La vida es algo compleja, y más para los seres pequeños”, explicó María José Ferrada, a quien le preocupa la actual situación de 250 millones de niños que han sido excluidos del sistema educativo. Para ella, todos estos saltamontes pequeñitos estaban en un jardín de preguntas y de posibilidades; ahora “sus preguntas se escuchan en un desierto”, señaló y agregó que la literatura infantil debe dar lo mejor de sí, contribuyendo a instalar preguntas con un lenguaje que ayude a los pequeños en el mundo a expresarse en el papel, y que nunca deje de sorprender.
María José Ferrada habló sobre su experiencia al enterarse de que recibiría el Premio. Se encontraba en una escuela en la que no solo enfocan sus estudios en educación, sino también en el trabajo agrícola de la plantación de fresas. La chilena terminó su historia de saltamontes con una reflexión para todas las edades: invitó a los lectores a recordar que la literatura puede ser una expresión común del dolor y la belleza.
María Elena Valdez, su editora, agradeció a los involucrados con el libro infantil. Contó que al leer por primera vez a María, su poesía sencilla, honesta, la hizo llorar, dejándola anonadada y con un objetivo en mente: trabajar con ella.
