VÍCTOR MANUEL
CHÁVEZ OGAZÓN
CUANDO UNIR EMBRUTECE….
En tiempos complicados, cuando quienes gobiernan confunden el término de democracia y forman su propio concepto de mandar, es importante recordar lo importante y trascendente que es la división de poderes.
Fue un concepto que surgió en sentido contrario a la monarquía absoluta, conquista de la revolución francesa, aunque alcanzó su madurez hasta que fue plasmada en la constitución de los Estados Unidos de América de 1787.
La idea de dividir era precisamente para no concentrar en una sola persona la posibilidad de legislar, hacer leyes a su modo y conveniencia; de juzgar y procesar, puesto que se prestaría a que enviara a sus enemigos políticos a las mazmorras, y que además al ejecutar sus decisiones, aún erróneas, no encontrara opositor alguno. En pocas palabras, se trataba de no concentrar el poder y convertir a un mandatario en dictador.
Insistir en el tema podrá molestar a muchos, pero la realidad es que debemos de insistir en la esencia de la división de poderes, que permite que entre ellos se limiten y moderen recíprocamente, creando una dinámica de pesos y contrapesos, de modo que entre ellos haya equilibrio y ninguno pueda prevalecer sobre el resto.
Cuando una real separación de poderes existe, se evitan abusos de autoridad, atropellos sociales e injusticias.
Un presidente de un país o un gobernador de un Estado no pueden ni deben convertir al poder legislativo ni en su lacayo ni en su oficialía de partes, mucho menos en su encubridor, aún con la mayoría de los diputados de su propio partido; lo mejor es discutir en esa tribuna los grandes temas, llevarlos a debates de altura y donde los conceptos que ahí se viertan, sean considerados para construir leyes, reformas y designaciones que luego no caigan por resoluciones emitidas por tribunales federales y los máximos tribunales del país.
Hoy quizás podemos ver lejanos los casos de absolutismo monárquico, pero tenemos muy, pero muy cerca los totalitarismos modernos o las tiranías recientes de izquierda y de derecha, ejemplos que creíamos quedarían atrás, pero en pleno siglo XXI han resurgido con tono autoritario, dictatorial, dispuestos no solo a violar las propias leyes que les rigen, sino aplastar a las instituciones y a los derechos elementales, entre ellos por supuesto el de la libertad de expresión…..¿Algún parecido con la realidad?, todavía hay tiempo de virar…..Sus comentarios @Vicman666
