Por Iván Alatorre Bautista
En un abrir y cerrar de conciencia
procuro desorientar a mi sombra
recorro el camino de los recuerdos
levantando el polvo
de un pasado que se confunde
que detiene mi andar
que confronta mi revolucionada mente
en contra de la fragilidad de mi sentir.
La nueva realidad me aturde
con sus luminosas mañanas
con su brillo me ciega
no me acostumbro a ellas
extraño los días nublados
donde habitaban los detalles
donde se respiraba la poesía
Conmigo convergen mil caras
pero no siempre parecen ser mías
imágenes proyectadas
de ajenos rostros y propios
coexisten bailando juntas
mecanizando sonrisas
sin naturalidad
sin espontaneidad
o encanto
Camino apresurado sin destino
inhalo bocanadas de vacío
observo detrás de mi hombro
alguien me sigue
me giro y no encuentro a nadie
sigo mi camino
siento su presencia
no hay necesidad de voltear
reconozco al intruso
una sombra tangible me persigue
Detengo mi andar
no deseo más confrontaciones
cierro con fuerza mis ojos
mi mente apacigua
mi sentir hace una pausa
una que me motiva a entender
la necesidad de pisar descalzo
la tierra
el lodo
la piedra
o el pasto
Pretendo deshabitar los extremos
donde la luz y la sombra gobiernan
reencontrarme con mi cordura
recorrer los caminos intermedios
para poder distinguir
y finalmente lograr protegerme
de las miradas que seducen y engañan
de las promesas fantasmales
de las verdades a medias
de la felicidad fracturada
Con los ojos abiertos
mis lágrimas brotan a borbotones
inundando el deseo de poder ser
llegó el momento de dimensionar
el protagonismo de esa sombra que me persigue
desconozco las consecuencias de mirarnos
de manera directa por primera vez
Como el oxígeno que respiro
deseo que la sombra se transforme en mi aliada
deseo reencontrarme con la magia de mi niñez
deseo reconciliar el día con la noche
sencillamente deseo
ser libre
otra vez.
8-Agosto-2021