El 81.31% de estos padecimientos es a causa de lo que comemos, afirmó la especialista del ISSSTE Cristina Rodríguez Márquez
Alimentación inadecuada, sedentarismo y estrés, contribuyen a que haya más casos de enfermedades del aparato digestivo y hasta desarrollar en ocasiones cáncer de colon, y afectan en mayor medida a la población con obesidad, por esta razón, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) fortalece estrategias de prevención en las familias derechohabientes, a través de los servicios de atención primaria a la salud en unidades médicas y de profesionales de la Escuela de Dietética y Nutrición (EDN) “Dr. José Quintín Olascoaga”.
En el marco del Día Mundial de la Salud Digestiva –que se celebró el sábado 28 de mayo-, la coordinadora del Centro de Dietética y Nutrición (CDyN) de esta Escuela, Cristina Rodríguez Márquez, informó que,
de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de Gastroenterología, 81.31 por ciento de las enfermedades gastrointestinales se originan por el consumo de alimentos y bebidas, por lo que es muy importante revisar nuestros hábitos alimentarios y evitar riesgos.
La recurrencia de síntomas como dolor o ardor de estómago, agruras, inflamación abdominal extrema, acumulación de gases, estreñimiento, baja o aumento del apetito, son signos de deterioro en la salud digestiva que las personas no deben normalizar y ameritan acudir a sus clínicas para recibir atención médica.
De no tratarse sus causas, señaló la especialista, pueden contribuir a la presencia de diferentes patologías como gastritis, colitis, reflujo gastroesofágico, síndrome del intestino irritable, diverticulitis, hasta algo más grave como cáncer de colon.
A través del CDN se orienta a toda la población sobre hábitos de alimentación saludable y de activación física regular. Durante la pandemia y hasta el momento este Centro proporciona consulta virtual, que se agenda a través del correo electrónico edn.centdietynut@issste.gob.mx
Refirió que existe una relación directa entre el estrés y la aparición de los síntomas de trastornos digestivos. “Sabemos que a través de hormonas y neuronas el intestino tiene una comunicación con el cerebro y viceversa, y en personas con alto estrés, ansiedad o depresión, lleva a que se incrementen los síntomas gastrointestinales, esto se ve más en el síndrome de intestino irritable, por lo que cuidar el equilibrio de la salud mental es también una medida precautoria”, afirmó.
La Maestra en Nutrición Clínica enfatizó que los principales factores de riesgo para la salud digestiva en cuanto a la alimentación promedio de los mexicanos, tienen que ver con elegir en dónde consumimos nuestros alimentos, la higiene con la que se tratan los insumos, los procesos de preparación -hablando de que sean muy grasosas o muy irritantes-, el bajo consumo de fibra y la alta ingesta de productos industrializados.
Protegernos de estas causas está al alcance de todas las familias, “lo primero es ser muy conscientes de nuestro cuerpo, de lo que comemos y cómo nos sentimos cuando consumimos ciertos alimentos, cuando dejamos de ingerir otros; qué pasa si cambiamos horarios y rutinas; de esa manera podemos mejorar nuestra alimentación y elegir productos que sean más benéficos”, afirmó.
Es importante aprender a llevar una dieta saludable y equilibrada que incluyan verduras y frutas, cereales, y proteínas, ya sea de origen animal o vegetal.
También, adoptar estilos de vida que contribuyan a mantener un óptimo estado de salud, donde la ejercitación estructurada y regular esté presente desde la infancia hasta la vejez, factores de impacto positivo en la salud física y mental, concluyó.