Por Iván Alatorre Orozco
Tintineo de campanas apresuradas.
Expelen sus ondas de resonancia macabra.
Amenazando con letales vibras cargadas.
Un desconcierto escondido en penumbra.
.
Presurosos acuden a tu llamado.
Jóvenes y ancianos, todos fieles.
Sumisos y desarmados.
A la ignominia de tus placeres.
.
La fuerza de tu badajo.
Musita cólera contenida.
Siendo la esencia de tu trabajo.
Procrear vientos de guerra fratricida.
.
Tu copa se pavonea.
Con parábolas peyorativas.
Mancillando un alma errónea.
Carente de alternativas.
.
En tu jubo contraes una deuda.
Por todos bien conocida.
Cobarde te escabulles rauda.
Emanando caudales de sangre fría.
.
En tu cordón das sustento.
A fábulas y quimeras.
Anquilosando el portento.
De una ambrosía efímera.
.
Postrada ejerces tu hegemonía.
Aseñorada vigía de alturas perpetuas.
Vociferadora de presuntas ceremonias.
Disfrazadas en vil utopía.
.
Melancólicos golpeteos metálicos.
Dan testimonio de vidas pasadas.
Machacando y haciendo añicos.
La ilusión de una existencia menos cansada.
.
Enarbolar tu circunspecto redoble.
Magulla mi precaver.
¡Quién demonios pretende ser noble!
Cuando no se ambiciona volver.
22-Mayo-2021