Por Iván Alatorre Orozco
Todo ante mí se nubla, no veo nada,
caigo abatida forzada por el soplo que desgarra.
.
El ruido me confunde, me atrapa,
me traslada a sitios no deseados.
Soy la hoja que navega a la deriva,
sobre las aguas de tormenta
de una selva de concreto que no acaba.
.
Tengo miedo de un mundo que no entiendo,
del caudal que se apoderó de mi destino,
de los acompañantes de tragedia que como yo padecen el exilio,
pero temo aún más de sus miradas aterrorizadas
que nunca convergen conmigo.
.
Extrañaré a la hoja verde que todo lo sentía sin hacer nada y a
las nostálgicas lágrimas involuntarias que recorrían mi cuerpo
gracias al rocío de cada mañana.