Mala calidad de sueño afecta el sistema inmunológico y reduce la capacidad de aprendizaje, alertó especialista del ISSSTE
Por la Redacción
El insomnio crónico aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, arritmias cardiacas e infartos cerebrales y del corazón, por ello el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) promueve hábitos para dormir bien y mantener un buen estado de salud y calidad de vida, señaló el Director General, Luis Antonio Ramírez Pineda.
En la conmemoración del Día Mundial del Sueño -que se celebra este viernes 19 de marzo-, el neurólogo con subespecialidad en Neurofisiología y Medicina del Sueño del Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre”, Noel Isaías Plascencia Álvarez, explicó que al dormir, el sistema inmunológico se activa, por ello quienes no lo hacen bien son más propensos a sufrir mayor cantidad de infecciones de cualquier tipo, debido a que sus defensas bajan, y pueden padecer depresión y ansiedad.
De igual manera, dijo, este hecho conlleva situaciones de riesgo que afectan la calidad de vida y el rendimiento de las personas.
“Al dormir, hay áreas cerebrales que están más activas que cuando estamos despiertos, se liberan ciertas hormonas y hay una serie de mecanismos que hacen que tengamos una capacidad restauradora integral y al día siguiente podamos estar alertas, en un óptimo estado cognitivo, en una mejor situación mental para entender, comprender y ejecutar las actividades que desarrollamos de la mejor manera. De ahí la importancia de crear hábitos saludables para un buen descanso”, puntualizó.
El especialista sugirió a la población quitarse el hábito de usar celulares, tabletas electrónicas, computadoras, videojuegos o ver televisión antes de ir a dormir, ya que esta práctica contribuye a dificultar la conciliación del sueño.
Además, evitar el consumo excesivo de café durante el día o de refrescos con cafeína, especialmente en la cena, ya que sus efectos estimulantes dificultan la relajación necesaria para dormir.
Destacó que es necesario establecer horarios fijos para descansar y levantarse, procurando dormir un promedio de horas adecuadas a su edad y al requerimiento de cada persona.
Plascencia Álvarez explicó que los bebés y lactantes duermen más horas de las que están en vigilia y solo despiertan para alimentarse; a partir de la adolescencia y en la edad adulta el promedio de sueño recomendable son ocho horas, pero si hay personas que duermen siete horas y se sienten bien durante el día, es un parámetro correcto; en tanto que los adultos mayores duermen aproximadamente seis horas.
Para saber si las personas están durmiendo correctamente, el especialista refirió que al despertar se deben sentir bien, con suficiente energía y concentración para sus actividades diarias, además de que no se presente somnolencia durante el día.
Por último, recalcó que es relevante saber que hay trastornos del sueño relacionados a enfermedades neurológicas, como la narcolepsia; las parasomnias, es decir, interrupciones anormales del sueño como caminar durmiendo, o la apnea, en cuyo caso es recomendable acudir con un especialista para recibir el tratamiento adecuado.
Recomendó tener una cama cómoda y apagar la luz antes de acostarse.