Expertos debatieron acerca de los beneficios de las TIC para mejorar el medio ambiente
Por la Redacción
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) tienen el objetivo de hacer más sencillas las actividades cotidianas y dar una mejor calidad de vida; incluso, pueden contribuir a mejorar el estado de salud del planeta.
Por ello, como parte de la serie de los seminarios virtuales “Dialogando con”, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), se abordó el tema de “Tecnologías de la Información y la Comunicación para el medio ambiente”, moderado por la doctora María del Rocío Maciel Arellano, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y académica del plantel.
El doctor Leonardo Soto Sumuano fue el invitado de esta transmisión vía Facebook, en la que compartió cómo las TIC ayudan a combatir los desafíos medioambientales actuales.
“La primera forma en cómo nos ayudan es midiendo el dióxido de carbono (CO₂) que va a la atmósfera. Durante los tres primeros meses de la pandemia la aportación de este gas fue sólo de 17 por ciento”, situación que habla de una disminución con respecto a antes de la pandemia.
Soto Sumuano
“Ahora tenemos más emisiones de CO₂ que las que teníamos antes de la pandemia; hay un problema muy grave, por eso la ONU ya lanzó un llamado sobre esto, para que se sigan los acuerdos establecidos entre las naciones”
El profesor investigador recalcó que la mayor aportación de las TIC es la capacidad de medir, almacenar, documentar y divulgar información referente a varios rubros: desde las emisiones de contaminación, los consumos de energía, hasta las radiaciones electromagnéticas y más.
“El porcentaje del consumo de energía en el mundo del uso de Internet era de 6 por ciento, pero eso era antes de la pandemia”, dijo; por lo que Soto Sumuano no descarta que la nueva normalidad pudo haber incrementado dicha cifra.
Una de las ventajas que trajo la virtualidad y las plataformas digitales es que la gente pudo reducir sus desplazamientos y, por ende, sus respectivas huellas de carbón.
Afirmó que no se han aprovechado las potencialidades de las TIC, pues si se quisiera, subrayó, se podrían generar proyectos para conocer las limitaciones y de dónde provienen los contagios de COVID-19 a detalle.
Dijo que en el futuro las tecnologías permitirán hacer mediciones más específicas de tipos de contaminantes en el aire, así como el establecimiento de sensores que midan la cantidad de metales pesados.
Por lo pronto, las TIC actualmente permiten que se conozca el nivel de IMECAS en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG); que aunque se cuenta con diez estaciones de monitoreo, con 2 kilómetros de rango de medición, en realidad se necesitarían 30.
Falta regulación sobre efectos de las TIC
Recordó que aunque las TIC han ayudado al campus del CUCEA, a gobiernos y hospitales, para convertirse en “inteligentes”, aún hay temas pendientes sobre lo que ocurrirá en el futuro cercano.
Sobre ese lado negativo del desarrollo tecnológico indicó que urge que los legisladores elaboren normas para regular las magnitudes de radiaciones electromagnéticas originadas por las antenas.
Lo mismo para con los residuos electrónicos, que en México no hay una intención por combatirla, como ya ocurre en otros países.
Destacó que se necesitan más empresas especializadas en el tratamiento de basura electrónica: “En Brasil existen al menos 50 empresas con 100 normas, pero en México únicamente existe una”. Y se pronució porque los legisladores trabajen en la promulgación de leyes al respecto.