EN LA OPINIÓN DEL DIRECTOR
En nuestro país el derecho a la vida, a la seguridad patrimonial y a la salud, son sistemáticamente vulnerados, con mínimas consecuencias para quienes lo hacen y para las autoridades responsables de protegerlos.
El derecho a la vida de los ciudadanos, es vital para existir y disfrutar de las otras garantías que tienen las personas consagradas en nuestra máxima ley (La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos), no obstante, en el territorio nacional año tras año se reporta una tasa alta de homicidios sin resolver, dejando en el total desamparo a las víctimas, sus familiares y a las personas que los estimaban.
De acuerdo a los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública, en el año 2018, se reportaron 33 mil 743 homicidios dolosos, el año pasado (2019), se registraron 35 mil 588 homicidios del mismo tipo, tristemente, este último se convirtió en el año más violento en las últimas décadas de la nación.
Pero si usted piensa que esa fue nuestra peor desgracia, le informo que del mes de Enero a Julio de este año (2020), fueron asesinadas 17mil 160 personas, 3.22% más que en el mismo periodo de tiempo del año pasado, en donde se reconocieron 16 mil 624 homicidios dolosos.
Datos realmente devastadores, porque siguen enlutando a muchas familias de mexicanos, que pierden a un padre, a una madre, a hijos, hermanos, tíos, sobrinos, etc. Y en muchos de esos casos, a quienes aportaban el sustento de sus familiares, es decir; además del dolor de perder a la persona asesinada, también les afectará en su calidad de vida porque disminuirá su bienestar por un tiempo incierto.
En el mismo sentido, la inseguridad pública está generando una cantidad excesiva de delitos patrimoniales, los cuales siguen lastimando las posesiones de los habitantes de la república mexicana, tan es así, que los ilícitos más denunciados en las fiscalías estatales, son el robo en todas sus modalidades, a transeúntes, a los hogares, vehículos, negocios, además de los asaltos, los fraudes, las extorsiones, las clonaciones de identidades, despojos y otros más.
Todo lo anterior sin contar la denominada cifra negra, que son todos aquellos delitos que se perpetraron pero que nunca se denuncian ante las autoridades, porque la población manifiesta tenerles desconfianza, ya sea porque los considera corruptos o porque pocas veces se recupera lo sustraído y solo pierden tiempo en trámites complicados.
Habrá que analizar, si la desconfianza de los ciudadanos en las corporaciones policiales y en las autoridades de procurar e impartir justicia es gratuita, o los representantes de estas instituciones se lo ganaron a pulso, no son pocos los medios de comunicación que señalan que las estadísticas de los delitos denunciados, usualmente son manejadas para presumir la disminucion o el control de los ilícitos sin que ello sea verdad.
O sea que pasan los días…las semanas… los meses… y los años, cambian los titulares de los gobiernos y los partidos políticos en el poder, pero los resultados en seguridad pública siguen siendo tan alarmantes como deficientes.
Por último, varios tenemos la percepción de que México había tenido avances importantes en la atención a la salud de sus ciudadanos, no obstante, en esta administración del gobierno federal se está perdiendo rápidamente por lo menos la percepción.
Recortes presupuestales brutales, que no solo exponen a los pacientes sino que también al personal médico que los atiende, porque denuncian una mayor escases de medicamentos, principalmente para enfermos con padecimientos graves como el cáncer y otros más, reportes de corrupción por compras directas sin licitación o con licitaciones amañadas, en donde se señalan ventas de medicamentos o insumos con sobreprecio y señalamientos constantes de una política errática en el manejo de la pandemia del covid-19, en donde hasta el día 16 de Agosto, las autoridades de salud reconocían 56,757 personas fallecidas, uno de los porcentajes más altos del mundo de muertes por personas contagiadas.
Entonces… ¿Quién está garantizando realmente el derecho a la salud de nuestros connacionales en nuestro país? ¿Cuántas muertes tienen que sumarse más para corregir la actual estrategia?
Víctor Manuel de la Cruz Ruvalcaba
Email: victor@minervamultimedios.com