Héctor Manuel Ramos Preciado
Este 10 de mayo de 2020 será un día muy diferente e inédito en México y en muchos otros países. Si bien es cierto que todo lo que hacemos, vemos y sentimos en esta época marcada por el COVID 19 es diferente, desconcertante y hasta dolorosa por el curso que ha tomado la pandemia pasada, nunca imaginamos que el día de la madre, una de las celebraciones más antiguas y tan importantes como la misma navidad, nos fuera a agarrar confinados sin poder dar abrazos, obsequios o invitar a comer a quien nos dio la vida y en gran medida forjó lo que hoy somos.
Es imposible negar que estamos ante unas de las más duras realidades que podemos tener (solo comparada con las guerras), a la que debemos sumarle el altísimo índice de homicidios, desapariciones forzadas y no forzadas, la economía estancada, los disparados niveles de corrupción, despidos laborales al por mayor, delincuencia siempre al alza, etc y etc.
Qué día tan simbólico para recordar lo mal que hemos tratado a nuestra también “madre” patria.
A pesar de que este 10 de mayo no podamos reunirnos en torno a las madres, no todo es negativo. Afortunadamente tenemos la tecnología que nos permite otras opciones como reuniones digitales, videoconferencias, regalos virtuales, compras por internet, transferencias de dinero etc. ¿Imagínenos esta pandemia hace 30 años? Y terminaremos por aceptar que podríamos estar mucho peor.
Sirve de consuelo saber que, si alguien sabe de comprensión y sacrificio son precisamente las madres, quienes con su acostumbrada sabiduría, seguro nos darán el consejo firme de tener prudencia y acatar las normas de prevención aceptando el confinamiento como la mejor alternativa, aunque ellas mismas extrañen aún más que nosotros el salir a comer a algún restaurante o el acostumbrado bullicio de toda esa familia (en ocasiones muy numerosa) a la que dieron vida.
Este 10 de mayo, el mejor obsequio para las madres es aplazar las reuniones en su honor. Debemos estar seguros que eso no significará para ellas desamor, falta de gratitud o desatención; porque nuestro comportamiento y amor hace ellas no se construye un 10 de mayo, sino durante toda la vida.
Sirva también este 10 de mayo para valorar el papel de las mujeres en nuestra sociedad y en especial de las madres como base y eje de la familia. Para condenar la torpeza de quienes llegan a agredir a las mujeres, sean hijas, esposas o madres, convirtiendo la violencia familiar en uno de los principales factores que causan violencia social e impiden el desarrollo sustentable de nuestro país.
El mejor regalo de día de las madres que podemos dar en época de COVID 19 debe ser aportar nuestro granito de arena para lograr que las mujeres tengan acceso a una vida digna, libre de violencia y en igualdad de oportunidades; porque además los regalos materiales deben ser atemporales y podremos darlos con mayor alegría en cuanto pase la contingencia.
Desde estas líneas enviamos a todas las madres, una emotiva felicitación y un reconocimiento a su titánica labor en favor de la humanidad.