SALOMÓN GONZÁLEZ
• Fiesta, tradición y la gran familia charra, en la final de las competencias deportivas de charrería en Colotlán, en el marco de su Feria Nacional del Piteado 2019.
• Charros de Jalisco, un equipo grande desde sus orígenes en Guadalajara, Jalisco.
La edición XXVIII de la Feria Nacional del Piteado 2019 en Colotlán, a través del patronato de la Feria Nacional del Piteado, dan el cerrojazo a su fiesta grande a la que acude el presidente municipal Jorge Arellano Gándara, el presidente del patronato Juan Carlos Macías, el secretario del patronato Francisco Pérez Saldaña, el regidor Carlos Ávila, el secretario del ayuntamiento José León Robles, el tesorero Miguel Ángel Pinedo y la reina electa su majestad Aydé Mesa Sánchez.
La gran final con la quinta gran charreada de clausura a las 16:00 horas, en el Lienzo Charro Gabriel Campos Aguayo presenta a la Escaramuza Charra “Soles del Desierto” de Jiménez, Chihuahua, quienes han sido campeonas nacionales en varias ocasiones.
La Feria Nacional del Piteado tiene cada día más presencia a nivel regional, nacional e internacional, por lo que cada año es importante que puedan aportar nuevas ideas y eventos deportivos que atraigan a más público con el fin de proyectar lo que hace la comarca y así fortalecer la economía para todos los comerciantes y las familias de la localidad.
Mención aparte merece un equipo grande desde sus orígenes en Guadalajara, Jalisco; los Charros de Jalisco, conformados un 14 de septiembre de 1920, es la asociación decana con doce campeonatos nacionales y consolidados en estas lides con muchas cuitas por contar. Durante su larga trayectoria han sido merecedores de todos los reconocimientos por parte de la Federación Mexicana de Charrería y son portadores de un gran legado.
En este sentido, podemos decir que la charrería forma parte de una tradición muy importante ya que es un deporte completo y tiene que ver con las actividades del campo, la equitación, jaripeo, que son parte de nuestro ideario cultural donde queda de manifiesto el valor, entrega, talento, intrepidez y hombría de los charros, que se muestran en cada competición, plasmando estampas de fiesta, música y colorido en cada uno de los lienzos de nuestro país.
Su práctica requiere de una gran pasión, disciplina, horas de práctica, y ejercicios para lograr una buena condición física, y se realiza de manera individual o por equipos en distintas categorías como son: dientes de leche, infantil, juvenil, adultos y mayores, además de la mujer a caballo desarrollando rutinas con buena sincronía.
Los charros ataviados con traje de competencia, y los atuendos que realzan la belleza de las escaramuzas, revisten la dignidad e imagen mexicana tan reconocida en las diferentes latitudes del mundo, convirtiéndolos en dignos representantes de la raza de a caballo y despertando emociones en cada una de sus presentaciones. Como tal, este deporte fomenta buenos hábitos impactando de manera positiva en la salud.
Con las faenas en el lienzo nos encontramos y que el Gran Caporal reparta suerte.
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