POR SALOMÓN GONZÁLEZ
Con pundonor y espíritu deportivo el segundo día de actividades del XXVIII Campeonato por el 477 Aniversario de la Ciudad de Guadalajara, lució lo mejor de las tres competencias con Charros de La Laguna del estado de Durango, que mostró esmero y talento en las faenas, colocándose de manera sobresaliente en la primera posición con 411 puntos.
La gran afición de la Perla Tapatía tiene un campeonato de primera en el campo charro Jalisco, querencia de los 12 veces campeones nacionales, y ahora los Charros de La Laguna dieron el campanazo con 411 puntos, 317 de los charros de Huichapan, Hidalgo, y 246 de los charros de La Colonial de Jerez, Zacatecas.
Con mucho público en tribunas que vibró con las competiciones y que mostró en todo momento su apoyo a los equipos charros, así como al escuadrón de Escaramuzas de Hacienda el Renacer, y los deportistas respondieron al llamado con mucha quema de madera en la suerte de piales, mejor conocida como la de los dedos mochos, espectaculares manganas a pie y a caballo y escalofriantes pasos de la muerte bien ejecutados.
Los marcadores finales definieron a los seis finalistas de esta edición para mañana disputar las dos finales, una a las 12 horas, y posteriormente a las 16 horas, para que inmediatamente, sean entregados en el lienzo los premios a los primeros lugares por parte de las autoridades del H. Ayuntamiento de Guadalajara y la Asociación decana de Charros de Jalisco.
Los seis finalistas, son: Charros de La Laguna con 411 puntos, 366 Rancho Las Cuatas, 358 Tres Regalos “A”, 341 Charros de Jalisco, 337 Tres Regalos “B”, y 333 Dorados de California, de los Estados Unidos de América.
La charrería ha evolucionado de una manera única desde los tiempos de la colonia, cuando sólo a los caudillos españoles se les era permitido montar a caballo. El caballo, noble animal, era un símbolo de estatus celosamente protegido, pero eventualmente, la necesidad fue consintiendo que los mestizos y ayudantes de confianza de las grandes haciendas pudieran formar parte de las faenas a caballo. Como tal, la charrería nace en los años de 1550, cuando Sebastián de Aparicio enseñó el oficio de doma de caballos a los hombres de su hacienda en Careaga.
Con las suertes en el lienzo de la gran final, ambiente familiar y sana convivencia en las tribunas nos encontramos, y que el Gran Caporal reparta suerte.
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