Estrenando rostro por enésima vez y justo el día de inicio del ciclo escolar, “coincidentemente” con el arranque de la entrega recepción oficial del relevo presidencial Peña – AMLO, luego de 5 años con 6 meses reapareció, estrenando rostro por enésima vez, la profesora Elba Esther Gordillo. No se perciben en su rostro los estragos de más de 5 años de prisión (algunos de ellos domiciliaria) que a cualquiera doblegaría. Regresa como siempre retadora y empoderada, pero esta vez no tiene la fuerza política y económica que tenía apenas hace 6 años, pues ya no controla el SNTE ni sus cuotas.
Reaparece en escena justamente el día de inicio de ciclo escolar y de arranque oficial del equipo de transición Peña – AMLO, midiendo como siempre, los tiempos políticos; hasta pareciera que su liberación estuvo pactada en sintonía con esos hechos.
Ya feneciendo el sexenio de Peña Nieto y ante la evidente pérdida de poder de este, ante los reflectores de la prensa nacional la profesora se autoproclama presa política del sexenio peñista, lo que pudiera ser creíble porque hay otros líderes sindicales igual de corruptos que siguen impunes, pero a la vez sería falso porque su inmensa fortuna y la coartada de que se la heredó su madre, no se la cree ni su familia.
“Recuperé mi libertad y en este momento la Reforma Educativa se ha derrumbado” es la frase simbólica que encierra las claves tanto de su detención, proceso penal como de su liberación; pues indudablemente su encierro estuvo ligado a su abierta oposición a la fracasada “reforma educativa” que terminó siendo solo una reforma laboral.
Como consecuencia lógica e ineludible de la liberación de la profesora Gordillo y su forma de hacer política, se avecina una “guerra” sin cuartel entre dos bandos: Por un lado, los elbistas agrupados en la corriente interna del SNTE “Maestros por México” encabezados por su yerno Fernando González y Rafael Ochoa Guzmán líder de las Redes Sociales Progresistas, agrupación con la que los elbistas apoyaron la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador y por el otro Juan Díaz de la Torre, actual Secretario general del SNTE y su grupo conformado por los secretarios generales de las secciones de ese gremio, quienes han cerrado filas en torno a su dirigente formal.
Los elbistas acusan de traidores a Juan Díaz de la Torre y su círculo cercano y ya iniciaron la batalla en los tribunales, lo que constituye en sí una declaratoria de guerra, con un pronóstico reservado; pues la profesora aún cuenta con suficiente poder económico y político, que si hace sinergia en alianza (la que parece que existe) con el actual presidente electo AMLO podría significarle retomar el trono y la corona de su antiguo reino.
El resultado dependerá sin duda de las alianzas de los protagonistas con el gobierno que entrará en funciones el 1 de diciembre de 2018, donde todo, o nada, puede pasar.
