El Internet de las cosas o Internet of Things (IoT en inglés) se está convirtiendo en una tendencia global cada día más importante. Internet dejó de ser exclusivo de los seres humanos y ahora también está siendo compartido con cosas o equipos como automóviles, refrigeradores, casas inteligentes, hornos, pantallas de televisión, etc. Se vislumbra que se usara a mediano plazo en casi todos los aparatos usados en nuestra vida diaria.
Según Kevin Ashton de RFID Journal (principal fuente de noticias e información sobre la identificación por radiofrecuencia y sus múltiples aplicaciones empresariales) las computadoras y la internet son prácticamente dependientes de los seres humanos para recabar información, pero las personas tienen un tiempo, una atención y una precisión limitados, y no se les da muy bien conseguir información sobre cosas en el mundo real. Y eso es un gran obstáculo. Las ideas y la información son importantes, pero las cosas cotidianas tienen también mucho valor.
La tecnología de la información actual es tan dependiente de los datos escritos por personas que nuestras computadoras saben más sobre ideas que sobre cosas.
Si tuviéramos computadoras que supieran todo lo que tuvieran que saber sobre las “cosas”, mediante el uso de datos que ellas mismas pudieran recoger sin nuestra ayuda, nosotros podríamos monitorear, contar y localizar todo a nuestro alrededor, de esta manera se reducirían increíblemente gastos, pérdidas y costos. Sabríamos cuando reemplazar, reparar o recuperar lo que fuera, así como conocer si su funcionamiento estuviera siendo correcto. El internet de las cosas tiene el potencial para cambiar el mundo tal y como hizo la revolución digital hace unas décadas.
Algunas personas (con capacidad económica por supuesto) en la actualidad ya reciben correos electrónicos de su automóvil avisándoles que necesita revisión los frenos, una banda o alguna otra pieza del auto; o bien de su pantalla de televisión avisándoles que tal día pasarán en tal canal su película favorita o el partido de tenis que esperaban.
Todo esto es posible cuando adquieres cosas que se pueden conectar a Internet ya que estas cosas emplean la web para comunicarse contigo y/o con otros objetos.
Es indudable la relevancia mundial que tendrá el IoT y por esa razón también surgirán múltiples oportunidades de negocio relacionadas con el IoT.
Pero también es indudable que lo que parece ser de una increíble utilidad entraña riesgos y complicaciones: Imaginemos que los aparatos (cosas), con todo el tiempo del mundo a su disposición, pueden hacer y hasta publicar cosas nuestras en las redes sociales; aunque parece broma, ¡no lo es! Si ya de por sí, no sabemos cómo manejar el tiempo que actualmente nos quitan los teléfonos inteligentes, ¡imaginémonos disponer de más tiempo para atender lo que las cosas demanden!
Otra complicación que puede traer el IoT son los ciberataques de hackers pues como se sabe, para que un aparato se pueda conectar a Internet debe tener algunos componentes parecidos a los de una computadora, entre ellos un procesador, memoria y comunicaciones y según un estudio realizado por la empresa norteamericana ProofPoint (experta en seguridad informática), ya se han detectado 750.000 correos maliciosos enviado desde más de 100.000 aparatos conectados a Internet. Los hackers, con el aumento del IoT, han encontrado un camino sin obstáculos para acceder a muchos aparatos conectados a Internet y convertirlos en lo que ahora se conoce en inglés como ‘thingbots’ y desde los cuales se pueden hacer ataques a otros sitios en el ciberespacio.
Actualmente la inmensa mayoría de aparatos conectados a Internet no tienen incluido un programa antivirus o de seguridad informática, lo que convierte al IoT en una presa fácil para los ciberdelincuentes.
Falta por ver, qué soluciones van a ofrecer las compañías que venden televisores, neveras, refrigeradores y routers con IoT, para que puedan protegerse de estos ataques que terminan convirtiéndolos en armas o ‘thingbots’ y usarlos para efectuar ciberataques. Actualmente todos los aparatos inteligentes (IoT) son blancos fáciles para los hackers y por ahora no podemos hacer nada excepto que desconectarlos, lo que les quita su categoría de inteligentes.
Querámoslo o no, más vale darle la bienvenida al IoT y a otras tantas sorpresas tecnológicas que nos seguirá dando la vertiginosa vida que nos ha tocado vivir, sin olvidar por supuesto que ante todo somos personas y lo más importante de nuestra vida siempre deben ser las personas que nos rodean….
