POR NANCY L. VELOZ
Los candidatos o pre candidatos independientes mantienen una ventaja respecto de los políticos tradicionales, hay ciertas condiciones sociales que estos últimos no han sabido comprender, menos capitalizar. Estos cambios se han gestado justamente, sobre las bases sociales: conductas individuales que se transforman en colectivas qué si bien han sido advertidas, poco han sido abordadas.
La dificultad raíz de las instituciones políticas es su falta de representatividad, no así de eficacia, como muchos aseverarían; las instituciones poseen una serie de atributos y facultades amplias y diversas como tipos de organismos existen. Así, la representatividad institucional fluctúa entre la capacidad de abarcar diferentes voces y alcanzar ciertos niveles de inclusión verificable, ahí reside la dificultad; y para estos efectos la forma es fondo. La creación de las candidaturas independientes enmienda en parte esta dificultad.
Las condiciones que mantiene la ley para hacer un registro como candidato independiente, obliga a los pre candidatos a tener un contacto directo con la ciudadanía para solicitar el voto, con ello se genera un orden distinto al de los cuadros partidistas tradicionales y aquí, la desventaja es oportunidad.
Así, a través de una ecuación de tipo a + b = c, se tiene que:
Las falta de representatividad institucional + los mecanismos legales de registro de candidatos independientes = generación de una nueva estructura a través de una legitimidad renovada.
Los candidatos independientes poseen la capacidad de lograr una legitimidad remozada, alejada del oscurantismo burocrático de las estructuras partidistas, porque ahí está el pre candidato o candidato, buscando la firma o el voto, enfrentando cara a cara a los electores, buscando con sus mejores armas argumentativas demostrar que es la mejor opción para representar a las “minorías” que siempre se han quedado fuera de la procuración… ahí está el interesado, buscando el voto que antes era nulo o que no existía y lo está convirtiendo paulatinamente, en un voto dominante… alquimia electoral…¿magos de la democracia?, ¡Abracadabra!.
Candidatos independientes versus candidatos políticos tradicionales: aquí hay una arena política que da gusto abordar, pues los efectos que se desarrollen de esta interacción, le darán vida a un elemento fundamental que ya era hora de privilegiar: el zoon politikon aristotélico, el individuo como agente de cambio en las estructuras sociales, a través de la toma de decisiones en su esfera pública cotidiana.
Queda pendiente la acción que los partidos harán al respecto de los nuevos tiempos de participación individual con sus estructuras establecidas. Ahí el reto.
