*JALISCO, ENTIDAD QUE ALBERGA EL 6.8 POR CIENTO DE LOS HERREROS DEL PAÍS
POR MAYELI MARISCAL
mayelimariscal1@gmail.com
Los herreros, balconeros, aluminadores y forjadores son trabajadores que forjan, cortan, sueldan y dan forma con métodos tradicionales a barras, varillas, lingotes y láminas de hierro, acero, aluminio u otro metal, para fabricar objetos de herrería y balconería como ductos, puertas, ventanas, barandales, escaleras. Asimismo, construyen aperos de labranza y/o herraduras, e incluso sus propias herramientas de trabajo.
Si se considera el lugar de residencia de estos ocupados, se tiene que siete entidades federativas: Ciudad de México con 8.8 por ciento; Veracruz de Ignacio de la Llave, con 7.1 por ciento; 6.8 por ciento en Jalisco; Nuevo León con 5.1 por ciento; 4.5 por ciento en Guanajuato y en Puebla, y que en su conjunto, concentran poco más de la mitad de ellos en el país, 51.8 por ciento.
De acuerdo con la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), al primer trimestre de 2017 la población con estas ocupaciones es de poco más de 284 mil personas, de las cuales 99.7 por ciento son hombres y 0.3 por ciento mujeres. De cada mil ocupados en la República Mexicana, cinco son herreros, balconeros, aluminadores o forjadores.
Suelen tener diversas denominaciones que permiten diferenciarlos, como herreros artesanales, que dan formas al duro material, creando obras casi artísticas; como herreros soldadores, balconeros o aluminadores, que producen estructuras y/o elementos en metales utilizando barras, perfiles, chapas y alambre, a los que dan formas apropiadas uniéndolos por medio de remaches, tornillos o soldadura; o herreros de obra negra que se desempeñan en el armado de las estructuras necesarias en obras de construcción.
Los herreros, balconeros, aluminadores y forjadores que trabajan en la industria y los servicios, lo hacen principalmente en micronegocios, 89.3 por ciento; en pequeños negocios trabaja el 5.7 por ciento; en medianos, grandes y en otro tipo de establecimientos el cinco por ciento restante.
Desarrollan su labor primordialmente en el sector de los hogares 57.9 por ciento, pero un porcentaje importante lo hace en empresas y negocios 41.1 por ciento y una mínima fracción en instituciones públicas -uno por ciento-.
Los orígenes de estas ocupaciones en México datan de la época colonial, en que el trabajo de los herreros formó parte de la arquitectura de templos, castillos y casas, además de producir faroles de hierro y vidrio, así como complementos de roperos y arcones, al forjar chapetones, aldabas, chapas, candados, bisagras y llaves con formas caprichosas como leones, águilas de dos cabezas, serpientes, ángeles y dragones, entre otras.
Posteriormente, el oficio de herrero cambió en su concepción: pasó de elaborar productos de gran originalidad y requerimientos artísticos para su fabricante, al trabajo con semiproductos o de materias primas estandarizadas y diseños funcionales, principalmente de estructuras metálicas como ventanas, puertas, mamparas, desarrollados en micro y pequeños establecimientos.
Finalmente, la edad promedio de estos ocupados es de 42.2 años y de acuerdo con su estructura por grupos de edad muestra que son ocupaciones desarrolladas principalmente por personas de 30 a 59 años, pues siete de cada 10 están en ese rango.