PILAR PORTOCARRERO
Nunca fui alguien que se tomara un tiempo para pensar las cosas,
siempre me he guiado por las emociones.
A veces me he golpeado, y otras he dicho “qué bueno que le hice caso a mi intuición”.
Y a pesar de que los años me han enseñado que hay que tener prudencia,
no puedo evitar lanzarme a la piscina y sentir la emoción de la aventura.
Soy de ese tipo raro de mujeres que no le gusta ir de compras,
y como me desespera tener muchos zapatos, solo cuento con un par de zapatillas,
dos básicos y un par de botas, que seguro mi hija en algún momento botará cuando
se dé cuenta de que el cuero está súper gastado.
Lo mismo me pasa con los bolsos y la ropa. Nunca me hago problemas por ver qué
me pondré.
Uso a diario jeans, pero también disfruto viéndome diferente,
usando un vestido hermoso diseñado exclusivamente para mí. Una excentricidad que
confieso me encanta, aunque solo lo use una vez. Pero la ilusión de ver que un simple
dibujo va haciéndose realidad sobre mi cuerpo, me ilusiona.
No me hago problemas en comer un hot dog parada en una esquina, y chuparme los
dedos saboreando la mayonesa, y cómo gozo cuando entro a un buen restaurante y
saboreo alguna exquisitez acompañada por vino, y si hay un piano de fondo mucho
mejor.
Cuando no escribo leo, y veo alguna película de acción,
mi preferida es “Duro de matar”, y todas las de Steven Seagal.
Me gusta escuchar música, y no hay día que las canciones de Roberto Carlos no me
acompañen, o las de José Luis Perales que siempre me llevan a mi adolescencia
cuando cantaba desafinado, ¿y cómo es él?
Aparentemente llevo una vida tranquila, pero conmigo nada está dicho, porque en
cualquier momento me entra la locura y no mido las consecuencias cuando quiero
hacer algo.
Ahora quiero hacer mi película y ganar un Oscar es mi mayor ambición. Siempre
me han dicho que vivo en las nubes, aunque hace algunos días resumieron mi vida
de la mejor forma. “Me gusta el mundo de Disneylandia en el que vives”, me dijeron,
y creo que es verdad. Dentro de mi mundo todo es posible, no hay sueño que no
intente cumplir, ni un final que no se ajuste a mis ganas de seguir siendo feliz.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
