PILAR PORTOCARRERO
Como todos he pasado por buenos y malos momentos, he sentido en alguna ocasión que no valía la pena vivir,
estuve ciega frente a todas las bendiciones que Dios me había dado, solo por concentrarme en un dolor que permití que se llevara toda mi alegría.
Pensé que era cobarde y tenía una pésima opinión de mí, además me sentía fea y sin gracia. Pero ahora que miro atrás me pregunto frente al espejo, ¿esta mujer soy yo?
Pero, ¿dónde estuvo escondida?
Y casos como yo hay muchos, personas que reaccionan y siguen adelante después
de tocar fondo.
No sabemos que hay una fuerza dentro de nosotros que nos permite seguir de pie en los peores momentos, hasta que algo nos sucede, y ese instinto de supervivencia nos vuelve más agresivos frente a las circunstancias,
más creativos para tratar de no ahogarnos, y ese es el juego de la vida, en donde aprendemos de todo, solo hay que filtrar las amarguras, los rencores y el pesimismo que a nada bueno nos lleva.
Yo he aprendido a aligerar la carga que llevo en la espalda, porque descubrí que siempre hay una salida.
Es mentira que no te dan la mano cuando tienes problemas,
siempre hay alguien a tu lado,
siempre hay una palabra de aliento,
siempre hay una luz por donde mirar.
Solo que a veces nos podemos una venda tan gruesa en los ojos que no alcanzamos a vislumbrar ese halo de luz que a veces se refleja bajo nuestra puerta.
Es bueno pararse frente al espejo y aprender a amarnos, cambiar frases como “no puedo”, “mi vida es una porquería”, por “lo lograré”, “quiero cambiar mi vida”
Y ponernos en acción para cambiar esas circunstancias que no nos permite seguir avanzando.
Todo es una cadena que arrastra emociones que nos permite salir de la oscuridad.
Nada es imposible, solo mírate en tu espejo y cambia lo que te molesta.
Recuerda:
No debemos arrepentirnos de un día en nuestra vida porque los buenos días dan felicidad, los malos días dan experiencia, los peores nos dan lecciones.
Y los mejores días nos dejan recuerdos. Pongámosle ganas a todo lo que hacemos
Pilar
“Soñar es solo el principio”
