POR PILAR PORTOCARRERO
Hace unos días fui testigo de cómo unos jóvenes se burlaban de una pareja que se besaban muy enamorados.
—Miren al tío —decía uno de ellos riendo—, todavía se acuerda de besar.
Como suelo reaccionar ante cosas que me indignan intervine en su pequeña conversación.
—¿Alguna vez te miraron como amor? —le pregunté a la muchacha que más chacota hacía en el grupo—, te aseguro que ningún beso que te han dado es tan profundo como los besos de ese señor.
Todos se quedaron callados mientras yo estaba a la defensiva esperando que me dijeran algo, pero ninguno se atrevió a refutarme.
Me alejé pero sin dejar de observar a esa pareja que tal vez bordeaba los sesenta, sintiendo envidia de la buena al verlos tan enamorados, caminando con las manos entrelazadas mientras el amor desbordaba por sus ojos.
Soy de las que piensa que el amor se transforma con el tiempo, puedes sentir la misma ilusión, las mariposas en el estómago; y todas las emociones que trae consigo el estar enamorada. Pero los años ponen el agregado que nos hace ser más perceptivos ante una caricia, la que se disfruta intensamente y sin prisa, porque los besos traen la experiencia y la carga pasional que se lleva en la piel.
Con el tiempo se aprende a conocer nuestro cuerpo, los secretos que guardamos para deslizarnos con más confianza en medio del fuego de la pasión, en donde jugamos con nuestras ganas y llevamos el control de una explosión que luego nos hace estremecer.
El amor, los besos y la pasión no solo se vive en la juventud. El fuego que se disfruta a los veinte, es apenas un resplandor del incendio en el que uno se puede quemar con los años,
El amor en el tiempo lleva la sabiduría del gozo, matices que igual nos emociona y nos hace sentir vivos. Nos deja de importar los detalles de la piel, las formas del cuerpo, para centrarnos en la esencia que es el mismo deseo y el mismo amor, pero sin las fronteras que a veces la juventud pone a sus caricias y sentimientos.
El amor en el tiempo es más amor porque aprendimos que para amar se aprende amando, y que para disfrutar de la pasión no se necesita correr contra el tiempo, sino darle el tiempo que necesita para que te lleve a la gloria.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
