*HA TRAMITADO CUATRO AMPAROS
ANTONIO VALLADARES
Solo en el primer semestre, la presidenta municipal de Tlaquepaque ha tramitado a su favor un total de cuatro amparos en contra de una posible detención, recordando que en Jalisco ya no existe el fuero. Uno de los cuatro juicios de garantías se ha sobreseído, aunque por falta de materia los demás podrían seguir el mismo camino.
María Elena Limón, que desde el ataque a uno de sus comandantes y dos policías viajaba a bordo de una camioneta blindada, pareciera estar enterada de que hay algo en su contra y pretende no solo obtener más información, sino evitar cualquier detención.
Los cuatro juicios se encuentran tramitados ante el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Penal del Tercer Circuito bajo los números de expediente 765/2017, 766/2017, 808/2017 y 809/2017.
En todos los casos las autoridades señaladas como responsables son el Agente del Ministerio Público Número 1 del Sistema Tradicional Adscrito a la Dirección de Visitaduría, Auditoría al Desempeño y Responsabilidades Administrativas de la Fiscalía General del Estado, el Fiscal General y el Fiscal Central.
Solo el expediente 809/2017 cuenta con una resolución en la cual se determinó sobreseer el juicio de garantías toda vez que las autoridades señaladas como responsables negaran la existencia del acto reclamado, y la quejosa (María Elena Limón) no aportará mayores elementos que pudieran acreditar la existencia del mismo.
Dentro del expediente 808/2017 se le negó la suspensión definitiva, pero hace falta se dicte una resolución final.
Son en el fuero común, aunque hay que recordar que hay una denuncia seria por posible robo de energía eléctrica, de lo que la acusó en su momento un vecino ante la Comisión Federal de Electricidad.
El hecho se dio cuando remodelaba su casa y trabajadores tomaron energía eléctrica directamente de los cabes de la CFE. Se corrigió la situación, pero finalmente se hizo presente personal de la CFE que incluso aplicó una multa.
Hay otros casos de abuso en derechos laborales, nepotismo, etcétera, que sin embargo son considerados como menores. Pero por lo pronto queda claro que el miedo no anda en burro y prefiere vivir entre amparo y amparo.
