No es coincidencia que la mayoría de países latinoamericanos sean azotados por la corrupción, una de las peores plagas contemporáneas que amenazan con descomponer y hacer estallar a varios países, entre ellos México.
Según información de la Organización de la Sociedad Civil (OSC) Transparencia Internacional capitulo las américas (TI) correspondiente al 2016, la desigualdad, el populismo y la corrupción son los tres principales factores que mantienen con un significativo atraso a las naciones que se localizan entre el Río Bravo y la Patagonia. La corrupción en américa latina es sistémica, estructural y está enraizada, sostiene contundentemente esa OSC.
Uruguay, Chile, Costa Rica y Cuba (en ese orden) encabezan la lista de los países con percepción ciudadana de menor corrupción en América Latina, mientras que Venezuela, Haití, Nicaragua, Guatemala, Paraguay y México ocupan los primeros seis lugares como los países con mayor percepción de corrupción.
Cada año Transparencia Internacional realiza mediciones sobre la percepción de la corrupción en todos los países del mundo y publica el ranking. Este año los resultados del muestran una vez más a Venezuela en el fondo de la lista regional y a Uruguay como el mejor posicionado o menos corrupto del hemisferio; de ahí que no sea coincidencia que Uruguay haya tenido a uno de los presidentes (José Mujica) más austeros y apreciados en la historia del continente y Venezuela sea un polvorín bajo el mandato de Nicolás Maduro.
Para TI México mantiene su tendencia alcista en la corrupción, destacando tres factores: se incumple con el plan de lucha contra la corrupción, las administraciones son corruptas y hay poca efectividad de la justicia para castigarlas. Escándalos como el de la Casa Blanca y la generación de ex gobernadores detenidos y prófugos han aumentado significativamente la percepción ciudadana sobre la corrupción.
Otro dato para tomar en cuenta es que, de 19 países latinoamericanos evaluados en 2016, la mayoría perdió puntuación: 11 cayeron en su calificación, 4 se mantuvieron estables y solamente otros 4 mejoraron.
Por tratarse de actos delictivos en su mayoría de oculta realización, resulta materialmente imposible medir con exactitud la corrupción, por ello se opta por medir la “percepción” de este fenómeno. Cabe destacar que contrario a lo que muchos creen, la corrupción no es un problema genético ni propio de Latinoamérica, se encuentra en todos los países del orbe y depende principalmente de la fortaleza de las instituciones democráticas de cada país.
Alejandro Salas, director de TI capitulo las américas y experto en el tema, recomienda para el combate a la corrupción fortalecer las instituciones, transparentar la información y lograr una Justicia independiente del poder político; algo que solo se logra con una sociedad madura y participativa. Saque Usted sus conclusiones amable lector, del porque México está entre los países más corruptos de América.