ANTONIO VALLADARES
Tras la ejecución del periodista Javier Valdéz, a manos de pistoleros, en calles de Culiacán, Sinaloa, el lunes 15 de mayo, el martes, un día después, fue de marchas y manifestaciones, con silencio notorio y hasta aplausos y gritos como “Ni uno más”.
Es la reacción de periodistas de Ciudad de México, Sinaloa, Jalisco, Colima, Veracruz, entre otros, que decidieron salir a las calles.
Quedaron atrás las propuestas de permanecer callados y a cambio se dieron duras críticas a la inoperante e ineficaz fiscalía para Delitos contra la Libertad de Expresión, que ha recibido 800 denuncias y apenas ha obtenido tres sentencias condenatorias contra los responsables.
Balaceras, narcotráfico, secuestro, fosas clandestinas y ejecuciones, son algunas de las coberturas que se hacen en estas entidades.
Solo en Veracruz se han asesinado a un total de 20 periodistas, en los últimos años.
En lo que va del 2017 suman seis y parece que el caso asesinato del escritor y periodista, corresponsal de la Jornada y Director de Ríodoce, Javier Valdéz el que se convierte en la gota derramó el vaso.
La PGR en Jalisco, en cuyas puertas fue la manifestación, se mostró ciega, sorda y muda, ante la primera de las movilizaciones a las 9 de la mañana, a las afueras del edificio de 16 de Septiembre y la Paz. El delegado no salió ni siquiera a recibirlos.
Por la tarde fue en plaza de la Liberación, más concurrida, más ciudadanos sumados al movimiento, por que ya no queremos que esto se repita, ni un periodista más, ni un asesinato más.
Muchos dijeron ya no saber de que se trata, puesto que hoy resulta que ser periodista es casi sentenciar su pena de muerte, y un grito se volvió consigna: “Nos están matando!”